Entrevista a Yaco Nowens

“Por qué Pop Art y no Arte Popular Argentino?”

Por  ADRIANA GASPAR

Generación Abierta: ¿Cómo fueron sus comienzos?
Yaco Nowens: Estudié dibujo y pintura desde los trece años en diversas escuelas. A los quince entré a trabajar en “Clarín” como dibujante. Ahí permanecí más o menos diez años. Allá por los años ’64 o ’65 las galerías de arte me empezaron a invitar y René Morón, el gran pintor argentino, me “obligó” prácticamente a exponer y así empecé.

G.A.: ¿Hasta ese momento no había expuesto?
Y.N.: Sólo en muestras colectivas. En el año 1966 hice la primera muestra individual en El Laberinto y a partir de ahí ya entré en el ámbito de las exposiciones. El mundo que pintaba era de orden confesional y todo ese mundo iba acompañado de sendas y fuertes lecturas.

G.A.: Algo realmente importante…
Y.N.: Si. Yo se lo he recomendado a muchos pintores, que lean, que se instruyan, de lo contrario se les va a cortar el tiempo cultural y van a terminar pintando siempre lo mismo.

G.A.: ¿Qué tipo de lecturas hacía?
Y.N.: En general, buena literatura. Borges, Anatole France, Roberto Arlt, todo eso ayudo mucho a mi obra plástica, en forma indirecta lógicamente. Seguí exponiendo hasta que en la Cancillería me dijeron de exponer en la CEA. Viajé a Estados Unidos, expuse y vi la pintura del mundo, todo eso enriqueció un universo que yo conocía más que nada de los libros y de las revistas. Posteriormente, allá por los años ’74, ’75, me invitan para exponer en Cultura Hispánica. Viajé a España, expuse y me quedé un tiempo viviendo ahí.

G.A.: ¿Qué pintores le impactaron?
Y.N.: Goya, uno de mis artistas predilectos y uno de los que más me ha inspirado por el negrismo. Posteriormente Picasso.

G.A.: Comenzó a pintar en plena época del Di Tella…
Y.N.: Si, soy muy amigo de Pérez Celis, expusimos juntos en 1970 en la Galería Integra.

G.A.: ¿Qué opinión tiene acerca de lo que fue el Di Tella?

Y.N.: El Di Tella constituyó una revolución, pero yo la considero entre comillas. fue más que nada una imposición de las artes plásticas ajenas a la Argentina. Aquí se estaba dando un movimiento interesante de pintura, muy propia, que hacia nuestra cultura, pero con la Fundación Ford y con el Instituto Di Tella trajeron el Pop Art, algo al que prácticamente Romero Brest impulsaba -para que se haga ese tipo de pintura- mientras decía que la pintura de caballete estaba muerta. Muchos artistas plásticos siguieron los lineamientos del Pop Art. Dos veces hablé con Romero Brest y le dije porqué en vez de ver el Pop Art, el Ratón Mickey, Superman y todos los personajes norteamericanos no aprovechamos historietas argentinas como Patoruzú, Mafalda, que también son el arte popular. Por qué yo tengo que decir Pop Art si yo puedo decir Arte Popular Argentino, arte nuestro?. A él mucho no le gustó, siempre quería pensar él y además quería doblegarte. Nunca me gustaron sus características autoritarias porque todo su conocimiento lo aprovechaba no para una posición constructiva sino con fines destructivos.
El Di Tella funciono bien en la parte musical y creo que mucho mejor en la parte teatral. pero en la parte plástica fue negativo.

G.A.: En los años ’60 aparece la Nueva Figuración…
Y.N.: La Nueva Figuración fue sensacional, pero fue un trabajo verdaderamente argentino. En esto creo que los apoyó Romero Brest, de eso no puedo decir nada y si es necesario me retracto. Pero no fue por Romero Brest sino que fue por ellos mismos, porque los talentos fueron Deira, mi gran amigo Noé. que es un gran ser humano. De la Vega a quien he conocido y que murió muy jovencito v Machió a quien no he conocido pero que es un gran artista.
También había otros movimientos como el Grupo del Sur que cuando vino acá André Malraux y lo descubrió dijo que era la mejor pintura argentina y a nivel mundial. Ahí Romero Brest comenzó a mirarlos a ellos, él que hasta ese momento los había ignorado, pero tuvo que venir un francés. Ministro de Cultura, para el reconocimiento.

G.A.: ¿Cómo evoluciona el arte a partir de ese momento?

Y.N.: A los tropiezos y a nivel individual. Argentina tiene un caudal impresionante de artistas, se reproducen artistas que son creyentes, contra el arte europeo. que ha dejado de creer. No cree en los artistas, en lo que pintan, ya que pintan en cantidades para poder vivir.
El pintor argentino cree en sí mismo, en su obra, por eso tiene muy buena factura la pintura que hace. Por otra parte, llevamos genéticamente el mundo europeo que murió después de la Segunda Guerra Mundial pero que nuestros padres al venir acá nos lo han transmitido. Por lo tanto, recapturamos algo que dejó Europa que es la creencia, y seguimos con el informalismo, la figuración, la neofiguración.

G.A.: ¿Por qué hay tantas corrientes?
Y.N.: Porque es lógico, a medida que hay más libertad hay mayor cantidad de pensamientos.

G.A.: ¿Pero hay una imagen que nos representa?
Y.N.: Creo que hay una yuxtaposición mestiza de las imágenes. En cada cuadro de nuestros artistas, a lo mejor vos podes ver seis o siete tendencias al mismo tiempo. Se parte de un geometrismo, ese geometrismo queda informal, el informalismo queda dentro de un expresionismo, y se van yuxtaponiendo las tendencias, unas encima de otras y algo va a salir, algo va a quedar.

G.A.: Anteriormente señalaba a Goya, ¿Cuál es el artista que ha marcado los mayores cambios?
Y.N.: Bueno, cada uno en su época. En su tiempo. Goya fue el que más cambios marcó. En la actualidad lo que se ve es la diversificación y el mestizaje.
Los resultados los vamos a ver en el 2000 cuando se empiecen a ver las tendencias y se comiencen a reconocer a los artistas que no están en esta tendencia de lo negociable, es decir de lo que es comercio hoy día.

G.A.: ¿Las modas tienen que ver con los medios o con la necesidad de vender?
Y.N.: Tienen que ver con las dos cosas. Tiene que ver con lo que un artista crea y es vendible, entonces el marchand le dice al otro artista “pintó asi que esto se vende’. Si este artista siente pintar eso lo hace si no, no lo hace.

G.A.: En este momento se suele ver con asiduidad pinturas de grandes dimensiones…

Y.N.: Si, en la gente joven que está pintando la desesperación mamarrachista de la década del ’70 en Europa. Yo he visto la pintura belga a la que llamaban directamente mamarrachista. eran mamarrachos en el buen sentido de la palabra, con el conocimiento y desde el conocimiento. Pero eso ya lo había hecho Picasso con “Las señoritas de Avignon”, sólo que se parte de este trabajo de Picasso de 1915 para fustigar más al lienzo, para pegarle más fuerte y para despreocuparse del espectador y del qué dirán. Es una pintura que en algunos artistas me gusta y en otros no, creo que es una pintura muy desprotegida de sí misma que en muchos casos cuando el artista no sabe dibujar se cae sola y en otros se defiende porque el artista sabe dibujar. Pero creo que cada uno tiene la libertad de hacer lo que quiera, porque si hay un público al que le gusta se justifica.

G.A.: ¿De qué modo influyen los avances tecnológicos en el arte?
Y.N.: Bueno, hay otra situación más, que es la época de la luz. Nosotros estamos viviendo la generación de la electrónica, de juegos electrónicos, de imágenes de luz. Se ve más luz que cuadros, inclusive los cuadros están reflejados por la luz por lo cual no se ven cuadros sino la luz de los cuadros. Entonces, las próximas generaciones que pinten y dibujen van a pintar de acuerdo a la luz que vean y así se van a diferenciar de Rembrandt que se ponía velas en el sombrero y por eso esos claroscuros que se ven en su obra. Por eso los chicos que ven televisión y mañana van a estudiar en Bellas Artes, van a ser y van a pintar de acuerdo a la luz que ven electrónicamente. Ahí se va a dar el cambio en las Artes Plásticas, van a nacer los nuevos gustos y después con el tiempo algunas obras quedarán y otras no.

G.A.: Volviendo a su obra ¿Qué cambios se produjeron?
Y.N.: He pintado mi barrio, he pintado después abstractamente, porque me gusta la pintura abstracta. Después pase a una abstracción con figuración porque me estoy relatando hechos y esos hechos los dibujo pintando, por lo tanto he pintado gentes, retratos, partes de la historia del pueblo judío del cual desciendo. Siempre dentro del expresionismo.

G.A.: ¿Su imagen siempre fue expresionista?
Y.N.: Sí, en general si, inclusive haciendo geometrismo expresionista, informalismo expresionista. Actualmente estoy trabajando con paisajes oníricos, paisajes presentidos por el hombre pero no vistos aún, que van apareciendo en los momentos de mayor inspiración. La última serie que estoy elaborando yo la llamo “Paisajes enviados al espacio exterior”, incrustaciones con metalurgia, es decir, mi obra actual está inspirada en estos temas de recalcitrante futuro, de un futuro metalúrgico tecnotrónico impresionante y alucinante que rompe con todos los dogmatismos políticos y religiosos. Esperemos que haya una ética humanística también, que los futuros hombres que envíen no sean robots ni mezclas químicas sino que sean seres humanos.

G.A.: ¿Qué pintores argentinos puede destacar?
Y.N.: René Morán, Valladares, el escultor Enrique Romano. Es innumerable la cantidad de artistas plásticos argentinos con los cuales me he consustanciado y considero que mi obra es un poco síntesis de lo que he visto, de mi propia existencia y de mi propia contemporaneidad.

G.A.: ¿Por qué cree que hay tanta confusión cuando se habla del posmodernismo?
Y.N.: Cuando me hablan del posmodernismo yo hablo del posargentinismo. El posmodernismo es un problema de los europeos, no nos confundamos, siempre vivimos confundidos con lo que pasa allá como si tuviera que pasar acá. Acá pasa otra cosa, acá hay jubilados con hambre, chicos que necesitan ser atendidos, enfermos. gente que no tiene esperanzas, gente que come en la basura.
El posmodernismo es un problema de ellos que no me preocupa nl quiero saber cómo es porque no tengo tiempo de ocuparme de ellos, como ellos tampoco se ocupan de nosotros. Acá hace falta justicia social.

G.A.: ¿Cómo sería entonces el posargentinismo en la plástica?
Y.N.: En la plástica seria que cada artista pueda trabajar, ser reconocido por lo que hace. La clase dirigente debería ser más culta y tomar artistas plásticos para que dirijan museos, espacios culturales, para que nos representen en el exterior.

G.A.: ¿Cómo fue su experiencia en el Fondo Nacional de las Artes?
Y.N.: Fue una labor muy ardua, con gente que no me entendió y que tampoco se preocupó mucho, salvo Oscar Sbarra Mitre que es una buena persona y los empleados, que me apoyaron mucho y me entendieron más que los funcionarios con los que tuve que tratar, que fueron unos verdaderos ñoquis. Fijate vos la paradoja, yo traía artistas a los que nadie conocía, entonces me decían “Ah, pero no los conoce nadie”. Claro, es muy fácil traer a artistas ya reconocidos, pero me juego, ellos en cambio no trajeron nunca a nadie, pero me criticaban. Entonces me fui porque no los aguanté más.

G.A.: ¿La Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, apoya a los artistas sin nombre?
Y.N.: Creo que la SAAP es lo más valioso que tenemos junto con el Instituto Municipal de Previsión Social a cargo de Alejandro Zengotita, que apoya mucho a las artes plásticas y a la SAAP también, es una gran persona. La SAAP creo que pasa por su momento más brillante, con la gestión de Borré como presidente y de Fioravanti ahora. Hay gente que trabaja, hace concursos y le dan apertura a todo el mundo.

Deja una respuesta