Profesionales Psi (Psicólogos y Psicopedagogos) en Educción, una deuda pendiente… Una lucha que lleva 35 años

Lic. LUIS RAÚL CALVO,
Lic.CLAUDIO HINOJOSA,
Lic.NORA PATRICIA NARDO

Antecedentes históricos

 Corría el año 1980 en Argentina, eran todavía tiempos de una dictadura atroz en nuestro país, en medio de esa siniestra y dolorosa pesadilla que nos azotaba, el Consejo Nacional de Educación Técnica, dependiente del Ministerio de Educación, comienza a incorporar en las escuelas técnicas de nivel medio a profesionales  psicólogos, psicopedagogos y asistentes sociales (luego trabajadores sociales). Estos últimos por temas salariales -dado los gastos económicos que ocasionaba su profesión por visitas a los domicilios y que no fueron contemplados en aquel momento- duraron poco tiempo en el sistema.

En ese momento se crearon ochenta cargos de Maestros de Enseñanza Técnica en diferentes escuelas técnicas para ser ocupados exclusivamente por profesionales psicólogos y psicopedagogos. En aquellos años difíciles que atravesaba nuestro país y que dejaron la dolorosa marca de treinta mil desaparecidos, fueron incorporados profesionales psi para ocupar lo que se llamó en un primer momento Unidades de Orientación Vocacional (posteriormente recibieron distintas denominaciones, entre otras: Unidades de Orientación Escolar, Centro de Orientación Vocacional Escolar, y en algunas ocasiones, Gabinete Psicopedagógico). Ese fue el espacio institucional en el que se inscribieron nuestras  prácticas profesionales en los primeros años de la década de los 80, hasta el comienzo de la democracia en 1983. 

Dicha práctica profesional contemplaba a través de una especie de programa ideado por el Equipo de Profesionales del CONET, constituido por tres profesionales psicólogos, la toma de test a fin de considerar potenciales intelectuales y aspectos de la personalidad de los alumnos, pero también dejaba abierta la posibilidad  de que los profesionales psi pudieran  proponer proyectos de otro tipo a las instituciones educativas.

Hacia fines de los años 80 se desarrolló una Jornada Nacional de Profesionales Psicólogos  y Psicopedagogos de las Unidades de Orientación Vocacional del CONET, a la que concurrieron profesionales de las Escuelas Técnicas de todo el país, coordinado por el Servicio Central de Orientación Vocacional (Equipo de Profesionales del CONET).

 

En el año 1992, las Escuelas Medias y Técnicas fueron transferidas a las provincias correspondientes y en  la Capital Federal a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, allí se creó el Equipo de Apoyo Institucional dependiente de la Dirección de Educación Media y Técnica; el mismo estaba constituido por tres profesionales psicólogos cuya tarea era la de coordinar las acciones de los psicólogos y psicopedagogos que integraban las P.O.F. (Planta Orgánica Funcional) de las escuelas medias.

En estos años se trabajó mucho el tema del rol de los profesionales psicólogos y psicopedagogos, y se fue avanzando a una mirada más centrada en lo institucional y no tanto en los alumnos como en la década de los 80, dejándose de lado la toma de test por considerar que no era el ámbito apropiado para dichas tareas.

Fueron tiempos de mucha ebullición y entusiasmo que posibilitaron la concreción de muchas jornadas de actualización de los profesionales psi en un principio y que luego se ampliaron a jornadas en donde también participaron otros actores institucionales.

Dentro de  este contexto un grupo de psicólogos y psicopedagogos -de los cuales formamos parte-, comenzó a movilizarse a fin de encontrar un lugar acorde y de reconocimiento profesional dentro del sistema, dando lugar a  una lucha que continúa hasta nuestros días. Es necesario destacar que los primeros intentos de jerarquización de nuestras prácticas profesionales se dieron en la década del 80, lamentablemente  con resultados magros, ya que un proyecto muy interesante promovido por el CONET que consideraba una estructura profesional escalafonada y en el cual trabajó durante un año un grupo de colegas de las escuelas, no fue posteriormente aprobado ni por las autoridades ministeriales ni por el Concejo Deliberante de aquel entonces.

A pesar de esta frustrada experiencia la lucha de los profesionales no decayó y a partir del 5 de mayo de 1994 por disposición de la Dirección de Educación Media y Técnica se  reconoce nuestras funciones profesionales de  psicólogos y psicopedagogos “en tareas con cargos docentes no acordes a título y función, equiparando la carga horaria que, para cada cargo, correspondiese a la remuneración equivalente a la hora cátedra”.

Este fue un primer paso importante, pero se tuvo que reclamar durante seis años, presentando diferentes proyectos a los legisladores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a las autoridades del Ministerio de Educación, a la Dirección Administrativa Docente (D.A.D) y ser acompañados  por un Gremio Docente (UTE) a fin de que nuestros pedidos de un verdadero reconocimiento profesional sean escuchados.

Es así que en la sesión del 5 de agosto de 2000  de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se aprobó -a altas horas de la madrugada y cuando ya creíamos que el proyecto no sería considerado por la gran cantidad de proyectos que quedaban por tratar-, la Ley 475 que incorporó el cargo del Psicólogo al Estatuto del Docente. El Cargo de Psicopedagogo ya estaba incorporado  años atrás en el estatuto por la Ley de Proyecto 13.

Ininterrumpidamente continuamos luchando un grupo de profesionales junto al Gremio UTE a fin de que nuestros cargos pasasen a revistar con la denominación específica y es así que luego de idas y venidas en los pasillos de la Secretaría de Educación, la Dirección Administrativa Docente, la Dirección Financiera y Contable, etc. etc.  el 8 de agosto de 2003 por Resolución Nro. 2261 de la Secretaría de Educación del GCBA se dispone que “los docentes que poseyendo los títulos que les dan idoneidad para desempeñar los cargos y con el objeto de cumplir misiones y funciones propias de su profesión y especificidad pasen a revistar con la denominación específica de psicólogos y psicopedagogos, en los cargos no escalafonados correspondientes”, dejándose de lado los cargos de Maestro de Enseñanza Práctica, Preceptor, Ayudante de Trabajos Prácticos, etc, con los cuales inicialmente habíamos sido designados para cumplir nuestra tarea profesional.

Además se asignó a los cargos de psicólogo una retribución correspondiente al cargo TP3 (índice 846) con una carga horaria de 18 horas semanales, similar a la asignada a los psicopedagogos por la Ley 18614/70 (Proyecto 13).

Si bien se había avanzado mucho, dado que por un lado se había logrado la incorporación del psicólogo al Estatuto del Docente y por otro lado la transparencia de las plantas funcionales con los cargos específicos de psicólogos y psicopedagogos, fue necesario seguir trabajando a fin de que quedaran especificadas nuestras funciones y tareas, hecho que se concretó luego de varios encuentros de trabajo con la Secretaría de Educación y  con la Dirección de Planeamiento, reuniones en las cuales pudimos acordar  las funciones y las tareas inherentes a los cargos de psicólogo y psicopedagogo de los Departamentos de Orientación de las Escuelas del Área de Educación Media y Técnica, las cuales fueron aprobadas por Resolución Ministerial  Nro. 567 del 17 de marzo de 2004.

Uno de los temas que quedaban pendientes era el de lograr un índice propio al de nuestros cargos profesionales, por tal motivo nos acercamos  nuevamente a la Legislatura y presentamos nuestros argumentos por el cual considerábamos necesaria nuestra jerarquización profesional dadas las responsabilidades en la tarea desempeñada : “Un profesional de la salud con título universitario que lleva a cabo funciones inherentes a su profesión, cuyo nivel es de extrema complejidad en cuanto a la cantidad y calidad de demandas solicitadas  en estos tiempos turbulentos y donde la consulta  legal es moneda corriente en las instituciones educativas y por lo tanto la matrícula profesional está en juego. Las intervenciones son de extrema responsabilidad ética y legal.

Por otra parte como los cargos no son escalafonados, los profesionales  no tienen  derecho a ascenso, produciendo un estancamiento tanto en el aspecto remunerativo como en el profesional…”.

Estos fueron algunos aspectos  significativos de los reclamos efectuados que lograron el aval de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quien en 2008 aprobó un “Proyecto de Declaración” recomendando al ejecutivo que se tuviera en cuenta nuestro pedido.

Lamentablemente y a pesar de que dicho “Proyecto de Declaración” tuvo posteriormente el visto favorable de la Dirección General de Educación y de la Dirección de Educación Media de aquel momento, el expediente que fue presentado en dos oportunidades fue perdido en el Ministerio de Educación, según palabras del personal que nos atendió en el ministerio, por lo cual este acto de innegable justicia queda aún pendiente.

 

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El profesional Psicólogo y el ejercicio profesional en  la escuela: el incómodo lugar de un profesional de la salud que trabaja en educación

 

Algunos temas relevantes que interpelan nuestras prácticas  cotidianas se refieren a

la ética del psicólogo en la escuela; el ejercicio profesional y las responsabilidades y posibilidades de su matrícula. Es la matrícula la que le da autorización a ejercer su profesión y las obligaciones que de ella devienen se entrecruzan con otras legalidades vigentes en las escuelas. Estas diferentes legalidades pueden entrar en contradicción

 

Hay determinadas obligaciones que resultan de su práctica cotidiana en los establecimientos educativos:

 

>>>     Obligaciones que devienen del ejercicio de la matrícula y la responsabilidad profesional.

 

>>>     Obligaciones que devienen del cumplimiento de las leyes (Ley Nacional de Educación, Ley de Protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, Ley de Convivencia Escolar, Leyes relacionadas con la salud (enfermedades infectocontagiosas, sida, protección de secreto profesional).

>>>     Obligaciones que derivan del ejercicio del cargo de Psicólogo y Psicopedagogo en educación: resolución de funciones y tareas,  estatuto docente, reglamento de las escuelas medias, resoluciones del Ministerio de Educación.

 

Desde el punto de vista profesional, dado que estamos ejerciendo el cargo específico de Psicólogo, deberían tener prioridad las obligaciones derivadas del ejercicio de nuestra matrícula. Obviamente, el rol del psicólogo en la escuela, como ya se ha trabajado innumerables veces,  se diferencia claramente del rol del psicólogo en un consultorio;  no se trata de imponer obligaciones que derivan del ejercicio de la psicología clínica, sino de repensar cómo se expresan las obligaciones que derivan del ejercicio de nuestra profesión en nuestro trabajo en el ámbito escolar.

 

Las funciones de articulación: Salud-Educación. Paradojas del rol.

Una función inequívoca de nuestro rol debería ser la articulación Salud-Educación. Si pensamos que los únicos profesionales de la salud, ejerciendo su cargo específico en una escuela son el Psicólogo y Psicopedagogo, resultaría natural pensar que la articulación de ambos sistemas debería ser facilitada con su participación. Sin embargo, esto no ha resultado así. Se han intentado muchas formas de articulación y en pocas ocasiones han sido invitados a participar los colegas que trabajan en las escuelas. Parecería ser que algunos programas de salud miran con cierta desconfianza a los profesionales que no son de su sistema. Por parte de las escuelas, también se observa que la delegación de esas funciones se realiza según criterios personales y sin tener en cuenta las funciones específicas.

 

Entre el hacer “de todo” hasta el “no poder hacer nada”:

Un punto de inflexión resulta de  poder problematizar estas dificultades en las instituciones educativas y seguir afirmándose en una línea que lleve a  consensuar modos de intervención del psicólogo y/o psicopedagogo junto a los otros actores institucionales, sin perder de vista la mirada psi pero construyendo con los otros (equipos de conducción, tutores, docentes, preceptores, alumnos delegados de convivencia, centros de estudiantes). Por ejemplo, uno de los temas que preocupan al Ministerio de Educación es la ausencia y deserción de los alumnos que concurren a las escuelas, esta preocupación baja al interior de las mismas y se convierte inexorablemente en uno de los aspectos a abordar a fin de encontrar posibles soluciones que tiendan a revertir tal situación. Pero muchas veces se espera que el profesional psi resuelva o se haga cargo de situaciones que en realidad implican a todo el colectivo docente, por lo cual también es necesario que los mismos profesionales tengan claro y puedan dialogar con el resto qué modos de intervención serían más efectivos y satisfactorios frente a estas dificultades que se les presentan.

 

El Rol del Psicólogo en la situación actual: multiplicidad de equipos incoordinados, “interdisciplinariedad segmentada”, escolarización de la práctica de los profesionales, pedagogización de la actividad de los profesionales psi.

 

La multiplicidad de equipos que hay en el sistema educativo a veces opera más como un obstáculo que como un soporte positivo, el modo de interrelación entre el profesional de los Departamentos de Orientación Escolar (DOE)  con estos profesionales psi que intervienen desde afuera frente al pedido de la institución escuela, producen en muchas ocasiones confusión en cuanto a cómo actuar en conjunto. Esto se debe en parte a que los profesionales psi de los DOE no tienen en la actualidad encuentros  con colegas de otras escuelas como los tenían en la primer época de CONET en los años 80  y luego,  también lograda la transferencia en los años 90 con equipos que coordinaban de algún modo la tarea y propiciaban espacios que enriquecían su forma de hacer y de pensar frente a contextos similares.

Estas reuniones servían para presentar y articular con los diferentes programas y equipos. De esta forma se lograba una visión actualizada de los recursos que el sistema ponía a disposición de las escuelas, la forma de acceder a ellos y de las situaciones y condiciones para su acceso.

Hablamos de tiempos en que a pesar de no estar reconocidos oficialmente con el cargo profesional, sí era reconocida la función, a punto tal que distintas supervisiones de variadas regiones convocaban a los profesionales de las Unidades de Orientación / Equipos de Orientación para organizar Jornadas sobre Convivencia Escolar, entre otros temas candentes en aquellos años 90.

Es paradójico que luego de haber obtenido en la primera década del comienzo del siglo XXI el reconocimiento profesional por la función desarrollada durante tantos años, de haber podido delimitar las funciones inherentes a los psicólogos y psicopedagogos, se haya producido esta especie de vacío que va en desmedro de nuestro aporte profesional al sistema educativo.

Como corolario de esta situación, en un hecho poco claro y que no dio lugar a  la posibilidad de poder dialogar y construir acuerdos posibles, apareció arbitrariamente en el reglamento escolar de la segunda mitad del 2000 un apartado dictaminando que le corresponde al Asesor Pedagógico la jefatura de los DOE, tomando como referencia la Ley de Proyecto 13 de fines de los años 70, cuando no existía ni remotamente la inclusión de los psicólogos en la POF y los cargos de psicopedagogía eran ocupados en aquel tiempo en general por profesores de Psicopedagogía y no por Lic. en Psicopedagogía.

Una situación similar vivieron los psicólogos de los Hospitales cuando la Dirección de Salud Mental debía estar en manos de un médico.

 

>>>     ¿Cómo se producen jefaturas, cuando estamos hablando de cargos no escalafonados?

 

>>>     ¿Cómo puede un profesor ser el jefe de un profesional psi cuyas funciones son en general diferentes, aunque en algún punto puedan converger para ciertos lineamientos institucionales?

 

Una cosa es la supervisión administrativa (que ejerce el Director) y otra la jefatura en el sentido profesional, cuando estamos hablando de profesiones diferentes con roles y funciones establecidos, con incumbencias profesionales delimitadas por sus títulos de grado y en el caso de los  psicólogos con una matrícula profesional de por medio.

 

>>>     ¿Esto tendrá que ver con cierto corporativismo de estas instituciones o con el desconocimiento de todo lo señalado en los párrafos anteriores? Por lo pronto resulta sugestivo y se hace más que necesario dar respuesta en el corto plazo, interpelando estas decisiones tomadas en forma unilateral.

 

La resistencia del sistema a la mirada extraescolar, inexistencia de coordinación y trabajo en equipo entre los psicólogos de los departamentos de orientación. 

 

A pesar de la historia significativa de los profesionales psi en el sistema, de los importantes avances logrados cuando se logró coordinar y trabajar en equipos por región y en reuniones generales, promoviendo acciones conjuntas y trabajos entre escuelas, lamentablemente, en los últimos años se han desactivado dichas iniciativas y relegando a los profesionales psi a un lugar aislado y poco relevante.

 

Sin embargo, los profesionales psi, por sus propias funciones, articulan con Efectores de Salud, Área Programática, Programas Especiales, Defensorías, y  otras organizaciones vinculadas con la salud y la protección de derechos hacia afuera de la institución escolar. También hacia adentro de la institución articulan  con distintos proyectos educativos, tutorías, preceptores, departamentos y autoridades, con diversa fortuna de acuerdo al carácter y la voluntad de sus interlocutores.

La sinergia que se logró en épocas pasadas a través del trabajo conjunto, facilitaba una visión propia de los equipos psi y una percepción de las necesidades que hoy estamos muy lejos de equiparar.  Por ejemplo, para lograr cierta coherencia en las acciones y procedimientos, en estos momentos sería indispensable la elaboración o adopción de ciertos protocolos que guiaran la actividad profesional frente a ciertas situaciones en contexto. Estos protocolos deberían ser elaborados con la intervención de los profesionales psi que trabajan en las escuelas y son quienes deberían ponerlos en práctica o indicar su cumplimiento a otros actores de la comunidad educativa. Algunos protocolos ya han sido elaborados, pero su difusión es insuficiente y su aplicación irregular.

Encontrar problemas comunes, adecuar las prácticas generando nuevas experiencias y desarrollar una evaluación colectiva de la misma, plantear formas dinámicas de colaboración en distintos aspectos que se relacionan con el ejercicio profesional, son tareas indispensables que no han encontrado lugar en la estructura actual. Resignar estas posibilidades equivale a desperdiciar recursos existentes, valiosos y necesarios. Reunirse, pensar colectivamente, planificar acciones adecuadas para los contextos locales, son tareas ya realizadas en el pasado y hoy, sin embargo, se constituyen en una deuda pendiente del sistema para con los profesionales psi que trabajan en las escuelas.

 

Comisión de Actuación y Seguimiento: Licenciados Luis Raúl Calvo, Mabel Campagnaro, Ana Fuentes, Claudio Hinojosa, Nelly Kaplan, Fernanda León, Alicia  Luque, Carola Martínez, Nora Patricia Nardo,  Mario Schilman, Mario Sosa, Diana Trifiletti, Claudia Usubiaga, Liliana Zacarello.

 

 

 

 

Guardia Hospitalaria* (Cuento)

 

(La historia de Fernando, un psicólogo que por aquellos años 80 nos contaba que…)

 

-Creo que hice negocio- se repetía Fernando a sí mismo una y otra vez en voz alta mientras intentaba infructuosamente de acomodar el lado correcto de sus medias a las siete y media de la mañana.

Hacía tres años que había egresado como psicólogo clínico en la Universidad de Buenos Aires y se disponía a realizar un cambio que él consideraba importante en su vida: Dejar el trabajo ad -honorem en el  Hospital Neuropsiquiátrico para hacerse cargo del gabinete psicopedagógico de una escuela secundaria.

Si bien le daba cierta tristeza no continuar en aquel ámbito que le había reportado mucha experiencia y excelentes compañeros, ahora tendría la posibilidad de seguir con su profesión pero con la evidente mejora de poder cobrar un sueldo todos los meses.

-García tenía razón- rememoraba él- el trabajo con psicóticos es muy desgastante y a la larga uno mismo se termina psicotizando.

Seguramente, Fernando recordaba la última sesión con aquel paciente que en pleno estado de interceptación escuchó voces que le decían que el psicólogo y el psiquiatra que lo atendían querían matarlo y entonces, como defensa, les tiró el escritorio encima.

-Esto va ser distinto- se planteaba entusiasmado-, en  una escuela se puede trabajar desde la salud, desde la prevención, es el lugar ideal para poder llevar a cabo proyectos institucionales-seguía gesticulando mientras por fin y luego de una frenética lucha había podido resolver el problema con sus benditas medias.

Raudamente terminó de vestirse y se dirigió con prisa a su nuevo trabajo.

Si bien el primer encuentro con las autoridades fue bastante formal, Fernando lo consideró como algo habitual en estas circunstancias..

Los directivos se manifestaron complacidos de poder contar con un psicólogo en la escuela, algo que según ellos venían solicitando desde hacía muchos años.

Luego de media hora de reunión, la solemnidad inicial se rompió con algunas frases como  “con estos chicos ya no sabemos qué hacer”, “acá hay unos cuantos alumnos problemas” o “sabemos que algunos se drogan, pero no los podemos agarrar”, frases que resonaron en los oídos de Fernando quien reaccionó con una leve sonrisa nerviosa quizá pensando que esto no era nada más que el producto de la ansiedad de esta gente por su incorporación, cuando en realidad, estas expresiones tenían el carácter de un cierto mandato premonitorio acerca de su futuro rol en la institución.

Esto lo fue comprendiendo recién con el correr de las semanas especialmente luego de aquel encuentro fortuito con la profesora Larrañaga en la escalera del edificio  y que actuó como un disparador que lo comenzó a preocupar.

“Con los de   5to.  va a tener mucho trabajo, licenciado” le esgrimió la profesora mientras corría presurosa hacia la otra escuela sin permitirle tan sólo preguntarle a qué se refería con esto de “mucho trabajo”.

Con el tiempo Fernando comprendió que aquella docente no había sido nada más ni nada menos que una portavoz del resto. Comenzó a notar que en realidad la escuela estaba poblada de Larrañagas que lo que esperaban de él era que “curara” a aquellos mocosos  revoltosos que ellos no podían contener o entender desde su propio lugar.

Las derivaciones al gabinete, por cualquier motivo, ya se habían transformado en un hábito pernicioso imposible de controlar. Esto originó la reacción de muchos alumnos quienes gritaban con cierto fastidio que ellos no estaban locos.

A su vez, los proyectos que elevaba a las autoridades y que tendían a una mirada más preventiva, más dirigida hacia el sistema en su totalidad eran frenados por los directivos quienes argumentaban la necesidad de atender urgencias más inmediatas.

-Es  de no creer- rezongaba Fernando con un amigo- el gabinete primero pasó a ser un consultorio y  ahora lo han  tomado directamente como una especie de guardia hospitalaria. Te tiran el problema y esperan que mágica e inmediatamente le resuelvas una situación en la que muchas veces ellos son los propios responsables. Pero no, los conflictos en la escuela siempre tienen que ver con los alumnos. Cuando les hacés ver que no siempre la realidad es así, entonces, el psicólogo ya no sirve-.

A la mañana siguiente, Fernando tomó el colectivo que lo trasladaría hacia la escuela. Al bajarse del mismo le sorprendió encontrarse frente con el Hospital Neuropsiquiátrico de sus viejas épocas. Obnubilado y con cierta pesadumbre se dispuso a cruzar la acera para tomar el 60 que sí lo trasladaría hacia el otro “loquero”, mientras meditaba si esto que le acababa de ocurrir  era producto de un acto fallido o acaso la cruel certeza de que el negocio no había sido tan redondo como imaginara en un comienzo.

 

 Luis Raúl Calvo

 

Luis Raúl Calvo

Nació en Buenos Aires, Argentina en 1955. Poeta y ensayista, Lic. en Psicología. Dirige la Revista Cultural “Generación Abierta”, (Letras-Arte-Educación) fundada en el año 1988 y que fuera ”Declarada de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires” en el año 2000, por la Legislatura Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires. Desde el año 1992 dirige el Café Literario “Antonio Aliberti”, en el Café Montserrat, espacio de Arte y Literatura que ha propiciado la participación de más de 1000 escritores y 500 artistas plásticos de suma valía, del país y del exterior. Co-organizador del “Encuentro de la Poesía Argentina”, ciclo que se realizó de 1992 a 1996 en el Centro Cultural Catedral, en el Foro 2000 y en la Dirección General de Bibliotecas Municipales y que convocó a los poetas más representativos de nuestro país. Entre 1995 y 1997 coordinó los Talleres Literarios de las Bibliotecas “Evaristo Carriego” y “Guido Spano”, dependientes de la Dirección General de Bibliotecas Municipales. Co-organizador desde el año 1996 del ciclo “Poesía en la Calle”, evento realizado en distintas plazas de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, con la participación de poetas consagrados, poetas nóveles, artistas plásticos, músicos. De 1997 a 2001 tuvo a cargo la Promoción Cultural del Centro Cultural “Roberto Santoro”, dependiente de la Dirección General de Promoción Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Es miembro de la Asociación de Poetas Argentinos. Integró la Comisión Directiva de la Fundación Argentina para la Poesía. Colabora en diversas publicaciones del país y del exterior. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, al francés, al portugués, al italiano y al rumano. Ha recibido diversas distinciones literarias. Forma parte del Inventario de Poetas en Lengua Española -segunda mitad del siglo XX- trabajo de investigación realizado conjuntamente por la Universidad Autónoma de Madrid con la Asociación Prometeo de Poesía, de España. Ha sido incluido en más de veinte antologías poéticas del país y del exterior. Forma parte del Breve Diccionario Biográfico de Autores Argentinos -desde 1940- realizado por Silvana Castro y Pedro Orgambide, Ed. Atril, 1999. Integra diversos sitios web de poesía. Libros publicados: - "Profane Uncertainties (Profana Incertidumbre)." , Autor, Genero: Poesía, Editorial: Cervená Barva Press 2010, Lugar Estados Unidos. - "Nada por aquí, nada por allá" , Autor, Genero: Poesía, Editorial: Ediciones Generación Abierta 2009, Lugar Buenos Aires. - "Nimic Pentru Aici, Nimic Petru Dincolo. (Nada por aquí, nada por allá)." , Autor, Genero: Poesía, Editorial: Editura Gens Latina 2009, Lugar Rumania. - "Belleza Nomade" , Autor, Genero: Poesía, Editorial: Ediciones Generación Abierta 2007, Lugar Buenos Aires. - "Tiempos Diluidos", Co-autor, Género: Poesía, Editorial: Ediciones Generación Abierta 2006, Lugar Buenos Aires. - "Bajos fondos del alma", Autor, Genero: Poesía, Editorial: Ediciones Generación Abierta 2002, Lugar Buenos Aires. - "Calles asiáticas", Autor, Género: Poesía, Editorial: Plus Ultra 1996, Lugar Buenos Aires. - "La anunciación de la partera", Autor, Género: Poesía, Editorial: Ediciones Correo Latino 1992, Lugar Buenos Aires. - "Tiempo dolorosamente resignado", Autor, Género: Poesía, Editorial: Ediciones Generación Abierta 1989, Lugar Buenos Aires.

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