Henri Deluy “La poesía no existe, existe el poema”

Por ROBERTO ROMEO DI VITA
Traducciones de JORGE FONDEBRIDER

 

Así se expresó este gran poeta francés que visitara nuestro país en el mes de junio. Dio innumerables entrevistas, charlas y algunos recitales, especialmente en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Para nosotros, el más emotivo fue el que realizara la noche del 27 de junio en el Teatro Liberarte de la mítica calle Corrientes al 1500. Deluy nació en 1931 en Marsella. Maestro de profesión, poeta como modo de vida, es jefe de redacción desde 1954 de “Action poétique”, la revista de poesía más conocida y prestigiosa de Francia. En 1968 trabajó como bibliotecario en los arrabales parisinos de Ivry-sur-Seine yen 1091 pasó a ser director de la Bienal Internacional de Poetas de Val-de-Marne.
Entre otros libros Henri Deluy publicó “For Intérieur” (1862),”L’Amour privé” (1963), “L´Infraction” (1974). “L´ou T´aimer” (1979), “Les Mille” (1980), “Vingt-quatre heures d´amour en julliet, puis en aôut” (1987), “Le temps longtemps” (1990), “Premiéres suites” (1991), “La Répétition” (1992) y  “L’amour charnel” (1994).
Coordinó numerosas antologías críticas de la poesía de su patria y tradujo a poetas alemanes, neerlandeses, eslovacos, checos, portugueses, galaicos, castellanos, rusos y latinoamericanos al idioma francés.
Cuando le preguntamos el motivo de su visita Deluy nos respondió que “Vine a la Argentina para conocerlos un poco mejor, ya que no es lo mismo leer la traducción de un poema que escucharlo y leerlo en el lugar que le diera vida y forma su creador”.
Del III Festival Internacional de Poesía en Medellín nos relató que “Nunca había visto una cosa igual. Miles y miles de personas preocupadas por escuchar y asistir a recitales de poesía, cosa que por ahora es impensable que ocurra en Francia o en cualquier otro país europeo”.
Henri Deluy es de los que aceptan formar parte de una generaci6n determinada ya que nos confiesa que “Soy de la generación del ’60, de los años en que los franceses empezamos a descubrir que no éramos el centro. Fue la época de la gran reflexión francesa, se vivía una vida política muy intensa, con el trauma de las guerras coloniales, Indochina, Madagascar, Túnez, Marruecos y Argelia y luego la caída del socialismo real. A partir de allí descubrimos que nuestro imperialismo cultural no tenía grandes cimientos y que desconocíamos lo que pasaba con la buena poesía en el resto del mundo”.

Por último y antes de retirarse de LiberArte, Henri Deluy recalcó que “Soy un formalista sentimental” y en el camino de aproximar una definición aventuró que “La poesía no existe, existen los poemas”. Sus poemas genialmente sencillos, aparentemente sencillos, sugieren más de lo que dicen contextualmente. Su comprensión está en la naturaleza, en el tiempo, en los hombres y mujeres de nuestro mundo, en el paisaje, en eso mágico que es glamour.

Había, cerca de tu corazón,
un vestido. Y sobre tu vestido,
una flor. Como un labio, un poco gruesa.
Luego un instante
de inexactitud.

Y luego mi fealdad de hombre
que necesita agradar.

Después de una larga vida de palabras,
difícil, —la primera noche.
No sabes de dónde vienes.
Hablas de eso.
Las paredes
redondean sus ángulos.
Dices:
………nunca se sabe.

Es una tarde agobiante. Sólo el piso
conserva un poco de actividad. Habrá que aceptar
las cosas como se presentan. O incluso
verlas como se presentan.

El cielo avanza en un coche azul.

13.
No olvidar las zanahorias.
Los pepinitos. Las hierbas
que se comen. Los repollos.
Las cebollas. Los puerros.
Los rábanos, los nabos, los perifollos,
el perejil. El cebollín y
su orgullo: la lechuga.

No olvidarse de luchar contra la soledad.

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