Luciano Zito

El avance de la tecnología y de las fuerzas productivas,
sin lugar a dudas, incide en la subjetividad de cada época

Por MIGUEL ÁNGEL CASELLA

Generación Abierta: ¿Cuándo y de qué modo nació tu inclinación por el arte? 
Luciano Zito: Me es imposible reconocer un momento particular, sí tengo recuerdos de cuando era chico, siempre dibujaba y escribía historias. Luego, hubo un momento en que me compré una maquina pocket de bolsillo y estando aun en la primaria empecé a sacar mis primeras fotos artísticas. Eso si lo recuerdo bien y aun guardo algunas de esas fotos. Supongo que ese fue un inicio en la cuestión de mirar y observar lo que sucede alrededor mío, en mi entorno, en el mundo…que de alguna forma es lo que sigo haciendo ahora.

G.A.: Sos director de cine, guionista, fotógrafo. ¿Cómo se fue gestando toda esta raíz vocacional,  como proceso interior en vos?
L.Z.: Entré a través de la fotografía, que me sigue apasionando a pesar que ahora hago muy pocas fotos debido a que filmo mucho (y aquello que el cine es 24 cuadros por segundo, jejejeje). Estudié fotografía, foto periodismo y luego cine, para cuando promediaba la carrera ya tenía muy claro que lo que más me interesaba era hacer documentales o cuanto menos películas que tuvieran una relación diferente con la realidad. Que pudieran interceder en ella, interpelarla y si lograran modificar algo mucho mejor.

G.A.: Tu primer documental “Tapados” es del año 2000. ¿Qué te llevó a abordar como director  la problemática del hombre en situaciones extremas  como en este caso, con el drama de las inundaciones?
L.Z.: Con “Tapados” lo que me interesó desde un principio fue mostrar lo que le sucedía a una pequeña comunidad que vivía una situación subrealista. Es decir, el hombre de campo esta habituado a la tierra y todo lo que se origina a partir de ella, por eso era muy interesante ver como vivían estas personas cuando el tener los campos bajo el agua era lo normal. También, estas situaciones provocan y afloran determinadas características del ser humano…por eso, en ese contexto, no era nada anormal escuchar a uno de ellos decir que estaba pensando en sembrar pejerreyes.

G.A.: En “Tocando en el silencio” del año 2008 aparte de ser el director sos el guinista. Tocás un tema como el del SIDA que está en relación con los prejuicios y estereotipos de una sociedad que en el fondo frente a hechos puntuales parece seguir siendo conservadora. ¿El prejuicio es solo de los otros o también-interiormente- del propio protagonista al no saber como resolver el conflicto de si es mejor permanecer callado o por el contrario mostrarse frente a los demás como alguien que vive sus días con el VIH?
L.Z.: En el caso de Alejandro, el protagonista de la peli, creo que claramente era distinto. Y la prueba más concreta de ello es la existencia misma de la película. Para él sirvió de catarsis y para blanquear públicamente su condición de persona viviendo con VIH. Le cambió la vida completamente, solo imaginarte que salió su rostro en el Suplemento SI de Clarín en la semana previa al estreno. Por suerte fuimos muy responsables de cuidarlo y utilizar la película de una forma adecuada. Pero la mayor parte de ese logro y todo lo que sucedió con la película tiene que ver con lo especial que es Ale. El comenzó a ocupar un lugar de referencia muy importante en la cara de las personas viviendo con VIH, pero sobre todo de los jóvenes.

G.A.: Este año estrenaste “Rawson”, cuya temática alude a los presos políticos. Desde mediados de la década del ’70, el Penal se convirtió en el lugar de confinamiento para cientos de presos políticos de todo el país.
Pareciera haber una necesidad o interés en vos de mostrar al ser humano en diversas situaciones de vulnerabilidad, como en los límites…
L.Z.: En este caso, creo que es un poco desacertada la afirmación que “Rawson” alude a los presos políticos. Mas bien alude a lo que pasaba alrededor de la cárcel  poniendo el foco en la comunidad y en su responsabilidad sobre lo que sucedía adentro de la cárcel, siendo que Rawson es (y en ese momento mas todavía) una ciudad muy pequeña donde todo el mundo se conoce. Sí, hay en mi mirada, una idea de mostrar como el ser humano reacciona, se mueve, se adapta o no, a situaciones limites o especiales. En el
caso de Rawson, eso se puede ver en la convivencia que se estableció entre represores y ex presos o la comunidad en general que les dio la posibilidad de ser asimilados como cualquier vecino.

 G.A.: Es interesante lo que decís, ya que es la propaganda de esta película la que hace alusión a que el film alude a los presos políticos. ¿Cómo manejás estas interpretaciones que hacen terceros sobre el sentido de tu obra si no se corresponde con lo que vos querés plasmar en ella?
L.Z.: Desde una de las primeras notas que me hicieron allá por el año 2000 en relación al estreno de “Tapados” comprendí que es imposible hacerse cargo de las interpretaciones de los demás. En aquella oportunidad me habían hecho una nota anticipando el estreno que sería unos días después. Cabe aclarar que era un momento donde apenas se producían y mucho menos se estrenaban documentales en cine. Era una entrevista en “La Nación”, donde de todas las cosas que respondía, afirmaba que “Tapados”  no era una crónica de las inundaciones (en el sentido de no detenerse sobre la inundación y los daños materiales o la explicación técnica del agua, sino en el lado humano). La nota salió con un título que decía “Tapados”: “crónica de las inundaciones” JAJAJAJAJAJA, aun lo tengo el recorte….
Desde ese momento comprendí, en ese sentido, que hay dos formas de interpretar: la primera, relacionada al periodista o a la persona que trabaja en un medio y solo copia y pega una información y tiene una relación superficial con lo que propone la obra. En este caso, que es lo que suele suceder en la mayoría de los medios, la interpretación difícilmente sea adecuada porque no hay una interpretación de la obra, sino de la información o solo parte de ella. La segunda forma tiene que ver con el espectador y obviamente puede ser o no en sintonía con lo que uno quería lograr con su película. Pero seguro, hay tantas interpretaciones como espectadores. El primer caso es el mas problemático, independientemente que las razones son muchas (y no digo que tu interpretación tenga que ver con eso). En “Rawson” seguro que los presos políticos están en la película, en su trama, pero no es lo que la define. En realidad es más bien la comunidad y el pacto de silencio que la caracteriza sobre lo sucedido. Seguramente que en la sinopsis de “Rawson” se mencionan los presos políticos, pero no es lo central y seguramente dependiendo de donde leíste eso quizás sea un fragmento que recorta su sentido. Por otro lado, y eso lo tratamos en la película, pareciera que “Rawson” es la Masacre de Trelew y justamente la película se aleja completamente de eso.
De cualquier manera, te digo que cuando uno hace algo para que lo vea otro, sea quien sea, la interpretación que haga de la obra es un cuestión intrínseca, entonces solo hay que saber convivir con todo lo que genera con total naturalidad, sin detenerse tanto o darle demasiada importancia, ya que la verdadera y mas importante interpretación saldrá de los espectadores en su profundidad. Sean pocos o muchos.

G.A.: Coincidiendo  con los festejos de los diez años de vida del Centro Cultural de la Cooperación estrenaste el documental “Rodolfo Walsh, reconstrucción de un hombre”. ¿Qué nos podés contar al respecto ya que el título del film es de por sí significativo?
L.Z.: “RW” es una serie de 4 capítulos que se co produjo  junto al Canal Encuentro y se emitió desde el año 2010 hasta el presente en reiteradas oportunidades. Es la producción más simbólica,  a mi entender, del Área de Artes Audiovisuales (la que coordino en el CCC). Lo más significativo de la serie es haber podido trazar un retrato de Walsh libre de ataduras, lejos del bronce, mostrando sus contradicciones, su gran talento como escritor y periodista, y su gran giro hacia la izquierda a partir de su expedición a Cuba. También nos propusimos, no solo contextualizar con lo que sucedía en Argentina, sino también en el mundo, ya que los acontecimientos políticos siempre repercutieron en su vida. Haber decidido solo entrevistar a quienes lo conocieron y que hablen solo del momento en el cual se vincularon a él nos permitió hacer una reconstrucción mucho más humana,  precisa y compleja. No recurrimos a estudiosos de Walsh sino a los compañeros, familiares y amigos, y ahí también es donde surgieron testimonios que nadie había escuchado y que eran reveladores.

G.A.: ¿Cuál es tu objetivo más importante como cineasta? De por sí, te felicitamos por alejarte de los cánones convencionales y te deseamos mucha suerte.
L.Z.: Mi objetivo como cineasta es poder aportar una mirada compleja y profunda del mundo que vivimos, no hacer un cine unidireccional o que simplifique la realidad, no presentarle al espectador un punto de vista cerrado, sino dejar que lo pueda construir a lo largo de un relato. Obviamente me gusta que el espectador vea los documentales en el cine, pero creo que el camino de difusión es mucho más amplio y creo que hay que prestar especial atención a que los jóvenes vean nuestras películas, sea en una sala, en un colegio o en un centro cultural.

(Entrevista realizada en Noviembre de 2012)

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