Elido Ubaldo Di Serio

“El escritor debe buscar su estilo Junto con la gente”

 

Por SUSANA TORRALBO y LUIS RAÚL CALVO

Trabajador de la cultura, poeta, ensayista, coordinador de talleres literarios, estos son algunos aspectos de un gran ser humano que dedicó y dedica actualmente su vida a la cultura para que ésta llegue a todos por igual.
Nace en 1921 y a los 19 años colabora en el periódico “La voz de Villa Urquiza” fundando un año más tarde el periódico “Paso del Rey” de la localidad del mismo nombre. En 1948 edita su primer poemario “Primer canto en rebeldía”. Durante los años 1952 a 64 recibe varios premios en certámenes literarios. En 1967 junto a Alberto Gurvanov Funfa dirige la revista “Diálogo”, órgano del movimiento Amigos de la Cultura. Edita “Juan Descalzo” cuentos y poemas en 1971 y “Poemas para su Tiempo” en 1973. Ese mismo año, junto a otros intelectuales de la localidad de San Martín constituye la Cooperativa de trabajo COOPROART, siendo su primer Secretario y también el primer taller literario César Vallejo que tiene San Martín, éste fue uno de los más importantes aportes culturales dados a esa localidad. Posteriormente dirige otros talleres en los que deja editadas revistas literarias (Aldaba – Hermano menor – Tiempo de Taller). En 1976 es fundador y primer secretario de la filial de Sade San Martín y cuatro años mas tarde secretario de Sade filial Noroeste Bonaerense siendo en 1985 su presidente. En 1981 edita el libro de poemas “Entre Amapolas y cardos”. Durante 1986 coordina talleres literarios, da charlas en el Instituto de Educación Cooperativa de San Martín y recibe la orden del Juglar SADELTA, otorgándosele el título de “trabajador de la cultura”. En 1987 es secretario de Actas del Consejo Federal Consultivo de Sade Nacional y en ese mismo año se traduce en la URSS su libro “Entre amapolas y cardos”. Actualmente se desempeña como Secretario de Sade Nacional.

¿Cuándo se produce su primer acercamiento a la literatura?
En 6° grado me pongo a ser escritor sin tener conocimientos de literatura, cuando ingreso al secundario colaboro en una revista de Villa Pueyrredón y escribo por primera vez algo público.

¿A qué poetas leía por aquel entonces?
Dos poetas me seducían: Rubén Darío y Almafuerte. Mi deseo era tener la fuerza, decir con claridad lo que decía Almafuerte pero con toda dulzura, todo el modernismo de Darío.

¿Se podría pensar que recibió influencias de ellos?
Yo creo que sí; luego fue Vallejo, el de la época de los Heraldos Negros, los surrealistas, Paul Eluard.

Ud. dijo que se puso a ser escritor sin tener conocimientos de literatura, ¿piensa que es necesario aprender a escribir o es algo que nace con uno?
Creo que no se aprende nunca a escribir que es una búsqueda constante, un oficio, no creo que sea algo que nace con uno.

¿Qué lo impulsa a Ud. a escribir?
Un deseo de comunicación, ser una parte activa de los cambios sociales, deseo de decir lo que otros no pueden, lo que otros no han dicho. Creo que los escritores que más se leen adquieren su doctorado en su trabajo cotidiano en su relación con la gente. García Márquez y Neruda, a pesar de ser hombres ilustrados tienen sus mejores obras siempre emparentadas con la gente. Creo que el escritor, como cual quier otro artista, tiene un máximo de trabajo y sudor y un mínimo de inspiración.

¿Hay en su poesía una necesidad de expresar aspectos relacionados con lo social?
Sí y cuando hablo de lo social quiero aclarar que esto no pasa por ningún color ideológico, religioso o racial. El ser humano es un ser social. El poeta tiene que hablarle a esa sociedad y tratar de enderezarle, si no cumple el rol del arte por el arte mismo, cosa que ya dejaron atrás los mismos románticos.

El arte según Ud. ¿cumplirla una función que trascendería lo estético?
Sí, lo estético va en función social. Sólo cuando alguien ve o lee una obra de arte y se le eriza la piel, es en esa erizada de piel donde aparece la función social. Lo social se manifiesta en un Darío cuando dice: “cuidado americanos todos pronto hablaremos en yankee”.

¿Lo social tiene que estar acompañado a lo poético para ser poesía?
Claro, una cosa es el panfleto y otra el poema, nadie puede negar la militancia de Neruda pero nadie puede negar Los 20 poemas de Amor; nadie puede negar su militancia a Tuñón pero nadie puede dejar de leer “Veinte centavos en la ranura”; nadie puede negar su militancia a Eluard pero nadie puede dejar de leer el “Canto a la libertad”.

¿Qué modificaciones cree Ud. que se dieron entre el primer libro y el siguiente?
Después me puse a estudiar en serio, hice periodismo y me puse a leer y escribir participando en movimientos culturales, creando bibliotecas, haciendo una vida más activa. Cuando publico “Juan Descalzo” considero un error el haber incluido poemas junto a cuentos puesto que así no aparece ni el poeta destacándose como poeta ni el narrador como narrador.

¿Qué lo llevó a volcarse a la narrativa?
La narrativa le ofrece a uno incursionar más los problemas sociales, el poema exige mayores matices; la narrativa puede tener un lenguaje coloquial mucho más franco y se puede mezclar lo poético.

¿Ud. cree que en la poesía se da más el sentimiento y en el cuento la imaginación?
Si, en poesía hay más de uno mismo; no obstante he descubierto que en el cuento hay aspectos más autobiográficos, mucha reminiscencia de lo vivido que se transmite aún sin quererlo. Estas conclusiones las he sacado de los talleres literarios que desde 1970 he coordinado.

¿Entonces podemos decir que hay un tránsito hacia la docencia?
Si y tengo un título que me han dado en la Sade Delta, que es el de “trabajador de la cultura”.

¿Cuándo se produce su ingreso a la Sade?
Yo me inicio en Sade filial Morón cuando era presidente Carlos Castagnino ingresando en la comisión directiva; a partir de 1975 comienzo en San Martín y ya anteriormente había creado junto a Claro Gómez, la Cooperativa de productores y difusores de trabajo intelectual y artístico Cooproart. Editamos allí “Juan Descalzo”, un estudio sobre cooperativas, “Estampa Brava”  de Alfonso Rey. Los objetivos eran crear centros culturales y un Ateneo a través del cual comencé a estudiar los estatutos de Sade y así junto con unos veinte escritores decidimos formar una filial de Sade. La creamos el 22 de junio de 1976 en San Martín y recibimos el apoyo de Julio Aristides que en ese entonces era vicepresidente de Sade Nacional. Así nació la filial Noroeste Bonaerense y de la que paso a ser Secretario. En la plaza Kennedy de San Martín, realizamos la primer Feria del Libro de la zona pasando así a ser una actividad participativa. Tuvimos muchos problemas ideológicos pero igual organizamos un Consejo de filiales de Sade y establecimos una participación activa del escritor en la vida nacional, en la radio, las municipalidades y la cultura.

Hace pocos meses la lista encabezada por el Dr. Florencio Escardó, ganó las elecciones en Sade Nacional, ¿cuáles son las nuevas propuestas?
Anteriormente a esto, yo presido el Consejo Federal Consultivo que es un organismo de dirección de la Sade y a través del cual se realizan modificaciones en los estatutos, permitiendo así a la Sade dejar de ser una cosa fría semi elitista, empezando a darle importancia a los intereses del escritor como la remuneración de sus escritos y el control de los mismos. Las grandes editoriales impiden que el escritor tenga real control sobre lo que se edita, ellas firman contratos sin control alguno. Había que crear las leyes que le den a Sade este tipo de control. Queremos que los escritores puedan publicar, que no sean ignorados, son sueños, pero creemos que se puede hacer una gran editorial para todo el país buscando la manera de que todos puedan publicar. Recientemente, le hemos pedido al profesor Caruso, actual secretario de cultura de la Pcia. de Bs. As. que con el 1% de los presupuestos que tienen los 126 municipios se pueda crear una editorial para los escritores de la provincia y esto también podría hacerse a nivel nacional. El Fondo Nacional de las Artes debería de ser un medio para esto. Al escritor lo acredita el pueblo y para que esto sea así debe poder editar.

¿Qué posibilidades hay de que esto pueda concretarse?
Hay tres propuestas en el Congreso: la ley del libro, la ley de pensión del escritor y la ley Sade; la primera está desde la época de Lanusse. Vanossi quedó en ayudarnos desde el año pasado y también una senadora justicialista. La ley del libro es necesaria para defender las fuentes de trabajo de las editoriales argentinas, actualmente apunta a las multinacionales y ahí está el gran problema. La ley Sade es la que establece que el escritor tenga control para cobrar sus derechos. Hay pocos escritores que cobran el derecho de autor y muy pocos los que entienden que es necesario defender la propiedad intelectual a través de una ley reglamentada. Nuestra actitud hacia la sociedad es de defensa gremial, en la defensa de los derechos y remuneraciones justas y no morir como murieron muchos de renombre olvidados en un hospital.

¿Qué tipos de cambios piensan introducir para los socios?
La Sade es un monstruo lleno de oropeles pero no tiene un centavo. Eso no quiere decir que se deba privatizar la cultura, ésta debe ser nacional y popular, no debe privatizarse como hay quienes lo intentan. Nuestro déficit puede solucionarse pidiendo ayuda a los empresarios argentinos y debemos luchar para lograr estos objetivos. Debemos crear beneficios de asistencia, descuento en compras, turismo etc.

¿Cómo debe hacer el escritor para acercarse a su pueblo?
Es cierto que a veces el escritor es individualista, escribimos encerrados pero también lo podemos hacer en un colectivo. El escritor al no vivir su producción con la gente se automargina. Hasta los años 60 el escritor se sentía superior pero al darse cuenta que su participación debía ser lo fundamental, se fue acercando más al pueblo y tratando su problemática. Al hombre nuevo lo vamos a crear desde dentro de la sociedad, el escritor debe buscar su estilo junto con la gente.

¿Tiene idea de publicar algo próximamente?
Si tengo cinco libros y debo hacerlo sí o sí porque siento que no puedo ser Secretario de la Sade y no editar.

¿Algo para agregar?…
Admiro a la gente como Uds., busco la compañía de gente joven que me enseñe mucho. Hay que mezclar tablón, estaño y libros.

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