Conversando con Camilo Parodi y Violeta Zorrilla

“Hoy, en Buenos Aires y en casi todo el mundo, llevar adelante un espacio teatral tiene que ver más con la fe y con la pasión que con una cuestión económica”

Por ROMINA CALVO

 

En CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral )  está en cartel  desde el mes de julio último hasta diciembre la obra “Bodas de Sangre”, de Federico García Lorca. La dirección está a cargo de Juan Carlos Gené (entrevista Revista Generación Abierta, número 25, año VIII, 1997),  quien también actúa junto a Verónica Oddó, Camilo Parodi y Violeta Zorrilla. Precisamente con estos dos últimos actores, Generación Abierta tuvo la posibilidad de dialogar.

G. A.: – ¿Cómo llegaron a la actuación con Juan Carlos Gené?
Camilo Parodi:
– Juan (Gené) tiene una suerte de taller desde hace muchos años. Es un taller de entrenamiento para actores. Nosotros somos  un grupo que viene entrenando con él desde hace ya largo tiempo; Violeta desde 1998,  yo desde el 2000 aproximadamente.
Este proyecto de “Bodas de sangre” nace en uno de esos talleres, en 2009.

G. A.: -Hace poco…
C. P.:
-Claro, porque él generalmente trabaja en esos talleres para entrenar con la dramaturgia universal. Uno mete el cuerpo y entrena. El año pasado hicimos justamente un trabajo sobre Lorca que a Juan le gustó mucho y entonces me propuso llevar adelante el proyecto.

G.A.: -¿Qué representa para ustedes actuar en esta obra?
V.Z.:
– Una alegría tremenda porque era un deseo acumulado desde hacía muchos años.
C.P.: – Es un deseo que tenemos todos los actores, no sólo nosotros dos. Es como un sueño que uno piensa que nunca se va a cumplir y repentinamente…Juan es tan grande, abarca tanto, que uno siempre quiere actuar con él y, la verdad, fue maravilloso haber podido hacerlo.

G.A.: – ¿Por qué creen que este sueño pudo al fin llevarse a la realidad?
C.P.:
– Este sueño se cumplió a fuerza de escenario. Entrenando sobre el escenario él vio algo y de esa realidad surgió este proyecto, por eso es doblemente gratificante.

G.A.: – ¿Cómo se sintieron con los personajes que les tocó representar?
C.P.:
– En primer lugar, constituyó un desafío muy grande porque enfrentamos el proyecto “Bodas de sangre”, de un autor de la talla de Lorca, una obra más bien coral, donde hay muchísimos personajes. De movida éramos sólo cuatro actores, es decir, que la primer pregunta que nos surgió fue “¿Cómo hacemos esto? De modo que adaptamos esta historia, este cuento, solamente para cuatro actores; de hecho el espectáculo se llama así: “Bodas de Sangre, cuento para cuatro actores”.

G.A.: – ¿La adaptación de la obra estuvo a cargo de Juan Carlos Gené?
C.P.:
– Sí, el que realizó el trabajo de dramaturgia fue él, a partir de nuestras propuestas en el laboratorio. Fue sumamente interesante porque no trabajamos sólo con un personaje: los dos, tanto Violeta como yo, hacemos tres cada uno, es decir, que fue un verdadero desafío. En mi caso personal es la primera vez que interpreto tantos personajes juntos.

G.A.: -Una experiencia que a primera vista no resulta sencilla…
C.P.:
– Se experimenta una sensación rara, parece imposible al principio, ya que cada personaje debe tener su propio peso, su pensamiento claro. De la mano de Juan, todos los caminos comienzan a aclararse .Uno empieza a quitar lo que sobra y comienza a hacerse mucho más nítido el oficio del actor.
Vos me preguntás cómo me siento: fue un laburo de sumo aprendizaje, entre otras cosas porque tengo el desafío de interpretar tres personajes en un solo espectáculo y recorrer esa travesía en una sola obra fue algo muy enriquecedor como actor. Me siento feliz porque pude hacerlo.

G.A.: – ¿Cómo fue la preparación de “Bodas de Sangre”, el trabajo previo, antes de la puesta en escena?
V.A.:
– Fue muy gratificante porque Juan partió -desde un primer momento-, con una postura de  mucha libertad. Los cuatro podíamos libremente probar en traer propuestas que fueran capitalizadas para el espectáculo.
Juan escribe y dirige desde el  escenario, entonces por más chiquita que fuera la propuesta siempre se convertía en muy enriquecedora ya que están los otros actores renovándola.
C.P.: – Sí, de mu  cha libertad. Otra cosa importante fue la relación que cada uno de los actores tenía con Lorca.
De alguna manera, esa esencia está  en el espectáculo y parte de nuestro propio vínculo con ese dramaturgo inmenso que fue Lorca.
V.Z.: – Los ensayos y los encuentros se mecharon también con muy buenas charlas y conversaciones, historias, anécdotas, donde cada uno iba contando y recordando qué vínculo tenía con el autor y con la obra también.
C.P.: – No fue casual, pero los cuatro actores teníamos un vínculo muy fuerte con Lorca, no fue algo forzado. A todos, por alguna razón, Lorca nos atravesaba.

G.A.: – ¿Ustedes creen que esta obra sigue en vigencia por su temática?
V.Z.:
– Lorca en todas sus obras trata un tema que es fundamental en el ser humano: la muerte. Al hablar de muerte, se refiere directamente  a la vida; por eso creo que tiene vigencia y me parece que toca tanto, porque la gente se conmueve muchísimo con nosotros.
C.P.: – Yo, en particular, cuando me meto con Lorca, me meto en un mundo que me es familiar. No sé por qué tiene vigencia para el resto de las personas pero sí sé por qué tiene vigencia para mí. Y es por esto que te digo- porque me es familiar, porque me pertenece-que lo reconozco y me hace sentir  que soy parte de ese mundo también.
V.Z.: – Es tan vigente Lorca para mí porque en sus obras y en su poesía aborda el destino trágico del ser humano. Para uno es trágico ya que tiene que ver con la muerte y de eso habla: del deseo, del deber ser y del ser, de las acciones que uno realiza para cumplir el deseo, cómo se enfrenta con la muerte. A todo esto me parece que se refiere el autor, de ahí que resulte tan lejano y cercano a la vez.

G.A. – ¿Qué grado de repercusión ha tenido hasta el momento?
C.P.:
– Nos está yendo muy bien, estamos muy contentos con el espectáculo que logramos. La gente dice que es como una joyita.

G.A.: – ¿Desde cuándo está en escena?
V.Z.:
– Desde El 17 de Julio. Estamos los días  viernes y sábados a las 21 y los domingos a las 19 en Celcit, Moreno 431.
C.P.:–  La idea es continuar hasta principios de diciembre. Posiblemente el año próximo la repondremos, por lo menos en la primera  parte, ya que después vamos a estar con otros proyectos.

G.A.: – ¿Tienen pensado trabajar con la obra de algún dramaturgo contemporáneo?
V.Z.:
– Sí, claro, estamos trabajando en una obra con Claudio Ferrari, que es director y dramaturgo. Vamos a hacer un primer estreno de la obra en proceso, ya que tenemos varias cuestiones a resolver, pero no queremos resolverlas solos, porque el teatro está siempre incompleto si no está el espectador. El teatro se completa como tal cuando aparece ese actor que es el espectador. Esto coincide además con el hecho de que con Claudio Ferrari y un grupo de actores estamos llevando adelante un espacio teatral. Un espacio que lo estamos reciclando -ya que era una fábrica- para que sea teatro. Entonces, a medida que la obra esté en proceso, el espacio teatral también lo estará.

G.A.: – ¿Cuál es la temática ?
V.Z.:
–  La obra trata sobre la fe, sobre la fe religiosa pero que es también la humana. Este espacio teatral del cual te hablamos es asimismo una cuestión de fe, porque, hoy por hoy, en Buenos Aires y en casi todo el mundo, llevar adelante un espacio teatral tiene que ver más con la fe y con la pasión que con una cuestión económica.

*Esta entrevista fue realizada en Octubre de 2010.

Deja una respuesta