SERGIO BALARDINI

“Hoy, las identidades se construyen mirando el mercado de consumo de bienes y el mercado de consumo cultural” (Primera Parte)

Entrevista de NORA PATRICIA NARDO y LUIS RAÚL CALVO


Sergio, en algunos de sus escritos ha hecho referencia acerca de la perspectiva histórica del concepto de juventud (relación entre individuo y sociedad), el cual fue variando a través de los tiempos. La institución escuela en el último siglo constituyó un contexto crucial de la juventud al igual que la familia. En este siglo ambas instituciones siguen ocupando un lugar privilegiado…
Para mí, hay un primer momento de construcción, que lo podríamos llamar la juventud, en términos de lo que entendemos en Occidente y dentro del sistema capitalista por juventud. Es precisamente la Revolución Industrial y el tiempo de las revoluciones burguesas. Hacía falta una nueva institución que formara en un lugar, que en este caso era por fuera de los ámbitos familiares, como era antes en el sistema feudal o en el mundo de los artesanos, para desempeñarse con éxito en el nuevo mundo.
Había que tomar decisiones, vender la fuerza de trabajo, tener aprendizajes para un mundo que traía una nueva tecnología, allí se constituye una nueva escuela. Philippe Aries dice que allí aparece la juventud, tal cual la conocemos, que en otros períodos históricos siempre existieron hombres jóvenes tecnológicamente y en algunos casos hasta podemos decir había especies de juventudes, muchos más pequeñas en número, como los jóvenes nobles, que pasaban mucho tiempo juntos, compartiendo ciertas edades y prácticas, una cultura a fin, ciertas sensibilidades.

Esto también se daba años atrás.
Muchos años atrás, en las Ciudades Estados, en Esparta, algo de esto también sucedía, con grupos de mayores individuos jóvenes, que tenían que ver con la defensa frente a la frontera, era un conjunto de individuos a fines en términos de edad que compartían determinados espacios, lo cual llevaba a crear prácticas comunes.
Pero en los términos que nosotros la entendemos, la juventud, es una creación de la Revolución Industrial y de la Revolución Burguesa.
Ahora, el siglo XX, es clave para producir una nueva vuelta de tuerca y hay dos o tres cosas que me parecen vitales para entender la producción desde la juventud a las culturas juveniles, las juventudes en plural, su masividad y su extensión, no sólo circunscripta a varones, sino también a varones y a mujeres, y no sólo a jóvenes varones estudiantes de clase media , sino a jóvenes que no necesariamente, están en el Sistema Escolar. Esa es la gran diferencia a la producción de juventud, por la escuela, como intención del capitalismo.

La importancia del Estado comienza a ser gravitante en la sociedad.
Exacto, en el siglo XX, el Estado adquiere un rol importantísimo porque la construcción del Estado de Bienestar va entre otras cosas a liberar recursos que los jóvenes obtenían,- por ejemplo por sus propios esfuerzos- y producían en el mercado de trabajo, para meterlos en cuestiones de interés propio. Ya no tienen que poner ese dinero para apoyar y sostener a la familia, por primera vez van a disponer de dinero para ellos mismos.
La construcción del Estado Bienestar, en ese sentido, se hace cargo de las familias y posibilita que los jóvenes comiencen a disponer de sus propios recursos, esto va a permitir, una segunda cuestión, el mercado de bienes destinados específicamente a jóvenes.
Porque uno antes de la guerra, no encuentra bienes producidos específicamente para jóvenes, no hay un mercado de consumo para jóvenes, los jóvenes compartían en todo caso los mismos bienes de Mercado que los adultos, diríamos minimizados, acotados en su tamaño. Se pasaba de una ropa de niño a una ropa de adulto, el objetivo, el deseo de un joven y el de uno de treinta años, antes de la guerra, era convertirse en adulto cuanto antes.

Todo lo contrario con lo que ocurre actualmente con los adultos que tratan de asemejarse a los jóvenes, en los gustos, en la vestimenta.
En ese sentido, el adulto representativo era el que tenía próximo, ahora el joven está en esa cosa de Peter Pan, y sí, en el adulto, su objetivo pareciera que fuera juvenilizarse y tener rasgos juveniles.
La otra cuestión que también tiene que ver con el Estado Bienestar, es la expansión del capitalismo, en el sentido de cantidad y calidad, se extiende geográfica y territorialmente, pero también esto implica mayores saberes para ingresar al mercado del trabajo, entonces vamos a tener cada vez más individuos jóvenes, varones y mujeres en las instituciones educativas y además lo vamos a tener también por más tiempo. Estas dos cuestiones ayudan a producir adolescencias o juventudes, primero más en singular porque eran más afines, después comienza una cosa más plural porque son individuos de proveniencia más variadas los que ingresan a estas instituciones.
La tercera variable que me parece importantísima, es el tema de los Medios, quienes se expanden hasta llegar a cada vez mayor número de individuos, entre otros, jóvenes, Ellos distribuyen las imágenes del mercado de bienes, de las escenas que van produciendo los jóvenes y a ellos se dirigen. Esto también es un fenómeno masivo de posguerra, en donde uno se pone a mirar las cuestiones de las culturas juveniles globalizadas más evidentes, nacimiento del rock and roll. Figuras como la de James Dean, “El adolescente rebelde”, o Marlon Brando con “El salvaje”, son producto del mercado de reproducción de bienes musicales, del cine y de la televisión.
Entonces, estas tres son las cuestiones: Estado de Bienestar, Construcción del Mercado dirigido a los jóvenes y Medios de comunicación masivos, -fundamentalmente las pantallas- son las nuevas agencias productoras de culturas juveniles.

Entonces el lugar de la institución escolar y la familia, lo ocupó este Mercado de Consumo, los Medios y la Cultura que está en la Calle…
Digamos que muy agresivamente viene ocupando espacios, eso significa que el peso específico de la escuela y de la familia comienza a ser otro. La proporción depende de los distintos sectores sociales, de la cultura, de las comunidades, de las familias, pero lo que está muy claro es que están ocupando más espacio. Estas agencias de socialización producen juventudes o elementos de cultura juvenil, en el mejor de los casos muy de conjunto con las agencias tradicionales, que serían la familia y la escuela y con otras agencias que hoy tienen mucho menos incidencia, pero que no han desaparecido, me refiero a algunos espacios comunitarios, parroquiales.

La diferencia es que estos jóvenes permanecen más tiempo en el sistema escolar, esto estaría relacionado con el concepto de moratoria social, porque estos alumnos continúan capacitándose para el mundo del trabajo, mientras existen otros jóvenes de sectores más desprotegidos que no logran permanecer en el sistema educativo.
Cómo afectan en las subjetividades de los adolescentes de sectores favorecidos con acceso real y en los sectores populares, los medios y la publicidad.
Yo no hablo más de moratoria, respeto a quienes han ampliado el concepto, pero en lo personal prefiero no trabajar con ese concepto, porque no me parece que los chicos tengan una moratoria, excepto que uno diga que algunos grupos de jóvenes que pueden estar excluidos del mercado de trabajo -en el plano estrictamente de una idea de transición, de la escuela hacia el mundo del trabajo-, allí puedan estar haciendo una moratoria, pero me parece que, si uno lo acota tanto, deja de tener sentido.
En vez de pensar en términos de moratoria, pienso en términos de sujetos con responsabilidades y derechos, visto así, los chicos que van al secundario no están en moratoria, son sujetos con derechos y responsabilidades.
En ese plano, yo creo que efectivamente el tema del consumo afecta diferencialmente, pero hasta en un sentido más profundo, porque si aceptáramos que hoy las identidades se construyen mucho más vinculadas al consumo de bienes que tiempo atrás, en donde cuestiones ideológicas eran muy fuertes en la construcción de la identidad y si hoy podemos decir que esas lecturas ideológicas, no sólo las utopías, lecturas políticas, lecturas de sentido del mundo, esas lecturas fueron diluyéndose, fueron perdiendo peso especifico, densidad, entonces el mercado de consumo y hasta diría de consumo de bienes culturales, se diferencia y marca la diferencia. Cada vez más, las identidades se construyen mirando el mercado de consumo de bienes y el mercado de consumo cultural. Entonces, según el acceso y disponibilidad que tengamos para ese mercado, van a hacer esos elementos argamasa de construcción de identidad de los jóvenes, Esta es otra lectura que uno puede hacer: cuando las identidades se hacían más focalizadas en cuestiones como la ciudadanía, donde el ciudadano tenia más peso que el consumidor, había mayor plano de homogeneizaciòn en el buen sentido, cuando esto se corre y lo único que tenemos es puro mercado, ahí es el lugar de la diferencia. Hay diversidad pero hay desigualdad, porque diversidad no es pluralidad y pluralidad no es democracia, son cosas distintas, ahí lo que tenemos son diferencias sociales que se manifiestan en la construcción de identidades. Es menos homogeneizante, menos igualitaria de la que había en tiempos anteriores.

¿Qué cambios, Sergio, se producen a partir de la crisis del 2001, con toda esta concepción del mercado, del neoliberalismo, que planteaba una serie de perspectivas, que en definitiva, a partir de la crisis que se desencadena, da lugar a un porcentaje importante de jóvenes que están en la marginalidad más absoluta?

 

(Continúa en el próximo número) 

*Sergio Alejandro Balardini, licenciado en psicología, especialista en temas de juventud de FLACSO, autor de varios artículos, referidos al tema.

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