Asociaciones y Disociaciones Cuatro Artistas – Cuatro Miradas

 

 

Generación Abierta estuvo presente en Asociaciones y Disociaciones, una muestra que pone de manifiesto la versatilidad de lenguajes de cuatro artistas contemporáneas, que exploran en aquello que las vincula y las diferencia.
La exposición tuvo lugar en el Museo Metropolitano, el viernes 2 de septiembre de 2011 y contó con la presentación de la Lic. Mireya Castex, la que desarrolló un preciso análisis de la producción estética de estas cuatros  artistas.
Nos pareció apropiado transcribir las palabras de Mireya Castex para acercarles a nuestros lectores  una aproximación al discurso visual de las obras expuestas: 

Adriana Gaspar, nos habla de Tiempos Yuxtapuestos.
El tiempo celebra el despertar de oscuras ceremonias. En ellas el pasado oficia como el gran silencio de nuestras vidas.
El presente desmitifica antiguas historias, saborea silencios.
El tiempo como eje, un tiempo que hace pie en la pubertad, para luego instalarse en el presente, un presente sensual que pretende dejar atrás el escenario del pasado.
Jung, al hablar de Kandinsky dijo: fue el que mejor expresó la idea del misticismo del arte al decir que: el hombre debe volver los ojos hacia su yo interior, ya que allí es donde reside el verdadero espíritu de las cosas.
Retomando esas palabras, las ubico dentro del hacer de Adriana. Una obra conceptual rica en sutilezas, pequeñas notas como espejo de su poética visual.
Una paleta monocromática de pequeños acentos, una interrelación de subjetividades, donde se entrelazan creando la urdimbre del código, distintos niveles de realidad.
Patricia Pellegrini, cita a Dostoievski El hombre que posee, aunque sea, un solo recuerdo bello está salvado.
La artista nos dice, Yo tengo muchos y muy bellos recuerdos en los cuales vos Mercedes estás adentro de mi alma.
Estos collages encierran parte de esos recuerdos, todos los sueños que hubieras tenido que soñar, todos los secretos que no descubriste, las pasiones que no viviste.
Patricia no usa el collage tradicional, sino la sumatoria conceptual de elementos que ofician como partes convocadas y concertadas; como formas lacerantes, fragmentos de las metáforas de la realidad que la circunda.
Ella es quien crea una matriz estratégica, que se hace susceptible de numerosas interpretaciones semánticas nunca definitivas. Puede seguirse la estructura, la urdimbre, pero no la trama, en palabras de Barthes  Es el lenguaje el que habla y no el autor.

Renée Lagos
Urdimbres cableadas
Cables que surcan el universo comunicacional, propiciando conexiones o redes de sostén, intercomunicando y transmitiendo información.  Sistema globalizado que da testimonio al ritmo de la simultaneidad.
Cáscaras que dan cuenta de un hombre que ha sido vaciado, una entidad sin sustancia, como relato de la disociación, de la vacuidad y del vacío.
La sugestividad del  vacío, posibilita hacer visible lo invisible, escuchar lo que es inaudible desde la concretud del mundo real, y sí desde el bagaje interno del espectador que se ahonda en estas obras claramente abiertas.
Renée presenta sus obras con una austeridad silente, no explica el porqué de los vínculos, sino que deja la construcción de la narrativa a las posibilidades del espectador. Y fundamentalmente deja “escuchar y hablar” al espectador, que completa con su historia la carga semántica de las obras.

Adriana Llarín
Al pintar despliego mis alas, me dejo llevar por las vibraciones del color y el empaste.
Me sumerjo en las sombras para emerger en las luces que me llevan por derroteros impensados.
Trazo direcciones, creo planos, separo y ensamblo; en la búsqueda de que esos sentimientos sean recibidos por el espectador.
Trabajo con todo mi cuerpo, pongo en mis telas el alma; tratando de que el que se pare a mirar mis obras pueda percibir esa fuerza vital que embarga el momento mágico de la creación…
El artista, dispone de innumerables posibilidades para expresarse que van desde la creación figurativa a la total abstracción. ¿Se desvanecerá el símbolo en la medida que se aleje
de la mimesis? No, la obra de arte es símbolo por su naturaleza auto-referente, y no tiene que remitir a nada ajeno a sí misma, sin importar si su lenguaje involucra una interpretación cercana o lejana a la realidad.
El sentido último de su obra está más allá de los recursos plásticos, y para poder asirla acude al símbolo. Sobre la dimensión plástica, emerge la dimensión simbólica.
Obras que son un grito del color, una verdadera “Joie de vivre”.
Acompañando los recursos plásticos, vemos una rica poïesis. Espejando una fuerte metáfora simbólica.
Finalmente podemos agregar, que el arte va más allá de su condición de objeto de estudio, convocando un sistema de preguntas sobre la experiencia del arte, su función y su incidencia en lo social.
Estas cuatro artistas, con planteos bien diferenciados, espejan las contradicciones del mundo actual; consciente de que las nuevas estéticas no deben ser impuestas, sino hechas a la luz de las obras”.

 

Generación Abierta

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