Machy Madco

Manuscritos: Un bajista dialogando con H. P. Lovecraft

Entrevista de Ricardo Giménez
Colaboraron: Mariela Bronstein e Ignacio Vázquez

G.A.: ¿De dónde viene tu nombre?
MM: Mi nombre artístico es Machy Madco. Machy, porque cuando tenía tres meses mi mamá me decía machi, el machito de la casa. Y quedó Machy. Mi apellido real es Lococo, y me pareció una humorada poner Madco: mad es loco en inglés y co por Lococo.

G.A.: ¿Siempre tocaste el bajo?
MM: Empecé a tocar el bajo a los once años y tengo 47…Cuando terminé 7º grado, trabajé tres meses de vacaciones lavando copas en un bar y me compré el primer bajo. No sabía tocar nada, me puse el bajo y ponía discos de Deep Purple, Led Zeppelín, Emerson Lake and Palmer, Aquelarre, Pappo y aprendí a tocar con eso. Ponía los discos y tocaba arriba, que es como aprendieron la mayoría de los músicos de mi generación. Por eso, cuando la gente me pregunta si doy clases, les digo que lo que a mí me favoreció siempre fue escuchar buena música.
Si querés tocar rock o una música de vanguardia, progresiva, y no escuchaste a Hendrix, Zeppelín o a Steve Wonder, no podés tocar nada.

G.A.: Estamos acá en tu cuarto, veo tu PC, posters de rock, guitarras colgadas de las paredes y un bajo. Estamos en un entorno musical. Yo te conocí cuando en el Viejo Estudiantes se hizo una zapada en el sótano, y vos tocaste con  Héctor Starc. Fue por los años ’90.
MM: Fue para Navidad y tocaba el guitarrista de Rata Blanca que tocó conmigo en Logos, en un disco en vivo. En ese concierto tocábamos Stara, Fernando Scarcela y yo. Y fue uno de los mejores shows que yo di en mi vida. Me acuerdo que hice un solo de bajo. Una aventura en el árbol de Aquelarre. Estamos hablando de hace quince años atrás y es uno de los mejores solos que yo recuerdo haber tocado.
Te redondeo lo que me preguntaste antes, de cómo empecé a tocar. Seguí escuchando y tocando buena música hasta que a fines de los años ’70 empecé a escuchar jazz, rock y fusión. Escuchaba Génesis y mucho rock progresivo y llegó un momento que la cabeza se me limó y dejé de tocar. Estuve diez años -toda la década del 80- sin tocar el bajo, y en los ‘90 volví a tocar de nuevo y con muy buena suerte. Comencé a tocar con el Pato Loza (el batero de Los Abuelos de la Nada y Sueter) y armé una banda. Después armé Los Robertones con Black Amaya; ahí lo conocí a Pappo, por intermedio del hijo, Luciano, que era muy amigo mío. Empecé a tocar en el ’94 en Pappo’s Blues hasta el ‘98. En el ‘97 toqué paralelamente en Color Humano, un año con el amigo Molinari. Tocamos en varios lugares del país. También en esa época grave para Logos, con el cantante de V8. Y en el 98 me desvinculo de Pappo’s Blues.
Paralelamente, desde el  año 1992 estuve tocando con Héctor Starc, en las distintas formaciones del Héctor Starc Trío, y en la Super Banda con Molinari, Black Amaya y Ciro Fogliatta. Grabamos un disco con Lito Vitale y Starc Trío que está por salir ahora.
El bajista de Aquelarre tocaba guitarra acústica. Entonces lo conocí a Edelmiro y de ahí me llamó para armar la banda. Duró ocho meses pero después terminó en un estancamiento creativo. En el año 1998 empecéa trabajar en mi material, que es la música que tenía guardada desde que era chico. Temas instrumentales, una onda Jess Beck, blues. Lo empecé a latinizar porque me gustaba mucho Santana y empezó a salir un material que le entró a gustar a mucha gente y terminé grabando 4 discos solistas.

G.A.: Vos también tuviste ciclos y actividades culturales. Me acuerdo de uno en Olivos, en La Ferretería.
MM:  En La Ferretería hicimos entre diez y quince shows. Lo manejábamos con mi mujer. Invitábamos bandas, diseñadores de ropa, grupos que hacían cine-video.
Trataba de darles un espacio como el que no me daban a mí.
Yo venía de tocar en Pappo’s Blues, con toda una movida de rock y blues y estaba tratando de hacer una movida un poco más zarpada. No tenía cabida en circuitos de jazz, nos echaban porque no eran temas de rock ni eran temas de Pappo. Entonces me costó mucho, y cuando conseguía un espacio trataba de ayudar a mis amigos, tanto poetas como cineastas o cualquier tipo de artistas.

G.A. Me acuerdo que fui y me dieron un diploma. Fui con un amigo, Santiago Araya, que tocó ahí.
MM: Seguimos haciendo esos ciclos cuando podemos o cuando hay algún evento importante. Por ejemplo: en 2006 toqué en el Festival de Plaza de Mayo por los treinta años de los desaparecidos; no en el festival oficial, sino en el que hizo la FUBA y toqué con dos chicas que hacían fuego y teatro; con la Banda hacíamos un espectáculo multimedia.

G.A.: Conozco tu último cd  Manuscritos, que está basado en la poesía de Lovecraft. ¿Por qué se te ocurrió tomar a Lovecraft?
MM: Porque me parece un tipo muy creativo, más allá de que como persona fuera un tipo de mierda, muy racista y con un montón de problemas personales. Pero la obra de él, por más que refleje todo eso, también tiene una cosa de imaginación que yo admiro, que es todo el universo que él imaginó. El creó toda una mitología y una cosmogonía,  él sólo. Y eso trato de rescatar de las bandas como enseñanza más allá de la música.
Por ejemplo, yo escuchaba Rush, que es una banda canadiense y empecé a leer las letras y me parecían impresionantes y después me di cuenta que eran fanáticos de Lovecraft. Asimismo, hay un montón de escritores que yo terminé leyendo por haber escuchado a Rush, o sea que me ayudó culturalmente la música y todo su entorno. Que es lo que trato de hacer cuando hago música. Que los chicos no sólo reciban música sino información, que por ahí a alguno lo vaya a inquietar o por ahí a través mío el tipo conozca otras músicas y otras cosas culturales.

G.A.: ¿Qué estás haciendo ahora?
MM:  Actualmente estoy por irme a México, de gira por tres meses con una banda que es parte de allá y parte de acá. Aparte, para presentar mi material. Acá en Argentina tengo un proyecto con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, que supuestamente me va a producir shows para que toque en las municipalidades y me lo van a pagar, pero como es año de elecciones está todo burocratizado y lento, por lo que lo seguro es que primero me vaya a México a tocar.
Acá no se puede tocar en ningún lado por lo que todos conocen, y en los pocos lugares habilitados los dueños se zarpan con las exigencias. Los lugares tendrían que ofrecer facilidades para que los músicos toquen como en muchos países del mundo, donde es obligación tener una banda estable en el lugar y están equipados con todos los instrumentos para que los músicos toquen sin llevar los suyos. En Provincia estás menos en el ojo de la tormenta que en Capital. Hay más posibilidades pero sigue siendo todo trucho, podés tocar en un lugar no habilitado, o si se prende fuego nadie paga nada.
Me llamaron de distintos lugares para hacer un tributo a Pappo. Pero a mí me parece una falta de respeto.
Sí me parece interesante versionar un par de temas que no tenga que ver con el tema original. Por ejemplo, hago Sucio y Desprolijo en el estilo de Steve Wonder.

G.A.: Contanos un poco de tu relación con Luciano…
MM: Luciano Napolitano es como un hijo mío, lo conozco desde que tenía trece años, desde antes que supiera que era hijo de Pappo. Somos muy amigos. El me llamó para que lo ayudase a producir material nuevo.
Después consiguió un baterista que es el actual de su banda, Lovorne. Empezamos a tocar y terminamos tocando en Cosquín Rock, en Quilmas, en varios festivales grandes, hicimos un video y grabamos un disco, Más Rock and Roll. Hicimos más de cien shows, tocamos en todos lados. Luego surgieron unas diferencias de conceptos artísticos y yo me abrí de la banda una semana antes del accidente de Luciano con Pappo, que terminó trágicamente. Yo quería dedicarme más a hacer música que a los excesos y me abrí. Estuvimos un tiempo sin vernos y ahora renovamos la relación. Cada tanto él me invita a tocar y yo lo invito a él y seguimos amigos como siempre.
Una semana antes de la muerte de Pappo, estuve hablando con él en Cosquín Rock y era como si se estuviera despidiendo. Conozco mucha gente que le pasó lo mismo, los últimos días que hablaron con Pappo era como que se la veía venir. Inclusive sé que lo llamó unos días antes a Héctor Starc para venderle la moto con la que se mató.
En el disco de Pappo’s Blues que toco es Pappo’s Blues 8 caso cerrado, editado en el ‘95 por Oman Records. Toco en siete temas de los catorce del disco. En el ‘95 hicimos cinco shows como soporte de los Rolling Stones en River. Y  toqué en Obras con B. B. King en el ’94 siempre con Pappo.

G.A.: Después de la gira de México, ¿qué viene?
MM: Volver acá y empezar a grabar otro disco. Yo tengo cuatro discos grabados, de los cuales, editado oficialmente, está el último, Manuscritos. Los otros los edité yo, y los regalé o vendí. Negociamos hacer un compilado con los discos no editados, metí tres o cuatro temas de cada disco y me lo están por editar ahora. Son temas que toco en vivo, y estaban truchos, el disco saldrá antes de fin de año y se llama Sueño azul.
El sueño azul es una enfermedad que les agarra a los pilotos de aviones de pasajeros. Parece que de tanto estar en el cielo, los tipos se terminan ensoñando y la cabeza se les va. Es una enfermedad que tenían Richard Bach y Saint-Exupery, que eran pilotos.
Este disco, Sueño azul, trae material ya grabado entre 1998 y 2002: material en vivo, demos y otras cosas.
Ahora cualquiera hace música y la arregla con la computadora, pero yo estoy acostumbrado a tocar y a que salga en la 1º, 2º o 3º toma. Y si tocás mal, no hay forma de arreglarlo, salvo que toques bien.

 
G.A. ¿Algo para agregar?
MM: Agradecerles* por haberme hecho esta nota, porque yo tengo un perfil muy bajo y no tengo apoyo de la prensa ya que no genero expectativas, lo mío es generar cosas artísticas. Agradezco mucho que me haga una nota un medio artístico y no una revista de modelos y pelotudeces.
 
N. de la Redacción: los agradecidos somos nosotros, por haber podido acceder a vos, estimado amigo Machy.
Más información en: www.machymadco.com.ar

Deja una respuesta