Luis Raúl Calvo

Su Obra Poética en Argentina y en el Exterior

 

“Deconstrucción de los rostros y otros poemas”, de Luis Raúl Calvo

(Ed. “Generación Abierta”, Buenos Aires, Argentina, 2019, 56 páginas)

 

Me produce una gran alegría conocer la poesía de Luis Raúl Calvo. Una  poesía que puede convertir el pensamiento reflexivo, incluso filosófico en una poética de profunda raíz existencial.

Estoy impresionado por la economía –brevedad– de numerosos poemas. No me impresionaría esa economía/brevedad si no consistiese, esencialmente, en intensidad poética: la manera de convertir un relato, aparentemente simple; sensual o  dramático, quizá terrible, pero que podría darse en la cotidianeidad, en el espacio de lo habitual. Podría, si no se transformase repentinamente, de manera gloriosamente demencial,  en un relámpago poético: “¿Quién ha robado los bastones del ciego / buscando luz en las tinieblas?”.

Me deslumbra la capacidad para convertir un relato –o un pensamiento reflexivo– en pensamiento poético, en el lenguaje/pensamiento otro que se genera en la rítmica y que comporta creación y revelación. Y he dicho de los poemas breves y no sé por qué, que la relectura me entrega igual poderío en los poemas menos breves.

Mis felicitaciones al autor.

 

Antonio Gamoneda

(España, Premio Cervantes de Literatura 2006)

 

“Semnale de alarma” (“Señales de alarma”), de Luis Raúl Calvo, edición bilingüe rumano-español (Editura Ars Longa, Romania, 2018, 80 páginas)

 

Obra editada en el marco del Programa “Sur”, de Apoyo a las Traducciones Literarias,  del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina.

 

Cuando le preguntaron en una entrevista, cuál era su motivación para su actividad como escritor, paralelamente  a su labor como psicólogo, el muy conocido poeta argentino respondió que escribir para él, es en sí mismo no solamente una necesidad, sino también  el modo más profundo para llegar a la introspección. Grave, profundo, con una sensibilidad ya conocida por el público rumano- gracias a las traducciones anteriores de su obra hechas por la poeta canadiense de origen rumano, Flavia Cosma-, Luis Raúl Calvo vuelve al paisaje de la literatura rumana, con un nuevo libro “Señales de alarma”.

Leyendo con máxima atención sus poemas, el lector advierte una revelación de dos mundos distintos: por un lado el mundo inocente y mágico de la infancia en el cual las figuras de sus padres expresan la luz (“Sodoma y Gomorra”, “Una cuestión de amor”) y por otro, el mundo donde la vida se desarrolla fuera del nido de origen, en el cual la cruel brutalidad crea verdaderos cataclismos en la conciencia. Recorrer el sendero sinuoso de la vida presentada por Calvo significa en verdad tener cierto grado de valentía, porque su universo es un universo sofocante donde “los sonidos perdidos en las heridas de las formas” anuncian un mundo donde lo grotesco deja demasiado poco espacio para la luz y la esperanza. Si el lector lograra armarse de paciencia y tenacidad -este apurado y materialista lector del siglo XXI-, podría fácilmente destacar en los poemas presentes, otro centro de las cosas y de la vida, precisamente aquel de las vírgenes lavándose los pecados, de los mutilados del alma que buscan la luz en la obscuridad, del delirio de los presos condenados a la libertad, todo para dar testimonio sobre el tiempo vivido, no importa cuán penoso pudiese ser este este ejercicio.      

Contemplar la vida junto a este poeta argentino significa sobrepasar la superficie de las brillantes apariencias, para poder estar precavidos por las ineludibles señales de alarma, dado que  es un deber preguntarnos:

 “¿Quién derriba la capa de oxígeno y transforma

la identidad de un rostro en desoladas convenciones?”

La pregunta, con o sin respuesta, genera otra dilema : ¿cómo miramos “…a quiénes escupen la verdad en pleno rostro…”? Con reticencia, por supuesto, porque apuntar con el  dedo a un mundo no maquillado ni embellecido, puede significar correr riesgos para el que lo dice y también para aquellos que lo aprueban y lo comparten.    

Temerario, Luis Raúl Calvo pertenece a esa muy restringida categoría de artistas que  tienen conciencia del verdadero papel de la escritura: un creador comprometido, en el sentido más puro de la palabra, un autor que se implica en lo  social  y que  rechaza estar atado a su propia torre de marfil, actitudes que llevan inevitablemente, a cultivar un egocentrismo exacerbado.

Siempre atento y con una hondura y agudeza visual original, Calvo devela en las páginas de este libro, todas las pulsaciones de la vida, pasando por la desidia hacia los grupos indígenas, a los pordioseros del barrio del  Abasto de la metrópoli argentina, transponiendo sus impresiones en una poesía sin innovaciones estilísticas pero con un ritmo bien marcado que lleva el pensamiento  hacia sus aforismos de “Belleza nómade”: “De esa complicidad con lo siniestro suele surgir la poesía.” Solitario y obstinado, asumiendo la finitud de la vida, Calvo no  accede a soñar y  crear universos que lo lleven a evadir lo cotidiano.

Construyendo su poesía a partir de la razón, el poeta se aleja de todo aquello que podría parecer grandilocuente, tratando con desesperación de poder recurrir a la destreza, al arte de vivir en el tumulto cotidiano.

Con una mezcla de realismo, existencialismo e impresionismo, sus poemas transmiten lecciones de vida, ensenándonos a vivir ciertamente  rodeados de  los enfermos de SIDA, de ladrones y prostitutas, llevándonos a una sola conclusión: “…Ah, la historia, esa bestia de mil ojos que condena nuestros sueños./No es la ilusión de lo real/ ni la metamorfosis de Kafka la sed verdadera que nos sostiene./Somos nosotros, la sombra salvaje que merodea entre la edad de oro de los antiguos, /y la solemne posmodernidad de la informática…/”

                Relacionando el destino individual desde un período histórico, al destino colectivo de la humanidad, hay una mirada del mundo desprovisto de falso brillo, la palabra provoca “… parados en los labios del trueno…”  abriéndose con todo su poder natural, sin prejuicios, ofreciendo a aquellos que van a leer estos poemas la certeza que el purgatorio que se llama “la vida” purifica el arte, convirtiéndolo en una señal de alarma.

                Viajando por el mundo, cobijado por sus propias imposiciones y por la de sus contemporáneos quienes piensan como él, Luis Raúl Calvo nos da un testimonio de aceptar la vida tal cual es y de reconstituirla con exactitud.

Es finalmente, un deber de honor de este humilde escritor  y de sus lectores, el poder apreciar a la literatura en su profundidad, no sólo como un juego de la imaginación.

                                                                                                        

 

 Antoaneta Turda*

 

*Antoaneta Turda: Nació en Baia Mare, Rumania, (1962) Se graduó en la Facultad de Filología en la Universidad “Babes-Bolyai” de Cluj-Napoca, sección rumano-francés. Diplomada en estudios superiores de literatura del Centro Universitario Norte—Baia Mare, 2007-2009. Es crítica literaria, ensayista y escritora, miembro del Taller Norte de Baia Mare

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