Mariano Dossena*

“Formar es hacer pensar, es tratar  que la gente se conecte con los libros”

Por ROMINA CALVO

 

G.A.: ¿Mariano cómo descubriste tu vocación de actor?
M.D.: Mi vocación como actor la descubrí en el colegio primario, había unos talleres que se hacían  en ese momento, y uno de ellos era teatro. No sabiendo bien de que se trataba me di cuenta que quería hacer esa actividad que empezó como un juego y que después se fue desarrollando a otros niveles. Seguí estudiando en el colegio y después afuera en un grupo donde yo vivía en ese momento en Palomar, en el baldío, a partir de ahí se manifestó mi vocación.
Hoy se da vuelta la historia porque yo doy clases en el Colegio Secundario Nacional Buenos Aires…

G.A.: ¿Es complicado trabajar con adolescentes?
M.D.: En mi caso no porque es una actividad que eligen porque la quieren hacer, hay una buena disposición por parte de los chicos y todos los fines de año montamos un espectáculo, es una labor docente y de dirección, hacemos textos clásicos, está bueno.
Fue ahí donde se manifestó mi vocación y nunca más me interesó otra cosa que dedicarme a la actuación, en  principio. Después la actuación derivó en la dirección.

G.A.: ¿Qué representó en tu formación haber estudiado con un maestro como Juan Carlos Gené?
M.D.: Son como marcas muy importantes en la formación de uno, con Gené en lo actoral y con Verónica Odó,  que es su mujer, se abrió todo un campo más allá de la actuación, comenzar a pensar también en el artista de uno, el tema de la creación. Fueron docentes que colaboraron mucho en abrir el campo de la creatividad más allá de lo técnico actoral.
A partir de esa zona iniciada con Gené  se empezó a abrir el campo de la dirección, tomé talleres con Alberto Isola que es un director peruano que vino en su momento a hacer un taller de teatro en Argentina.

G.A.: ¿Cómo nació el vínculo con Juan Carlos Gené y los otros maestros?
M.D.: De algún modo fui eligiendo a los maestros, según la nueva necesidad que iba teniendo, iba pensando en el docente que me servía para ese momento, y creo que está bueno elegir a los docentes, son como maestros que nos marcan a uno, para bien o para mal. Es una decisión muy importante con quien uno va a desplegar su formación. Estoy agradecido a todos mis maestros porque todos me han brindado herramientas muy interesantes para el quehacer de hoy…

G.A.: ¿Cuánto tiempo estudiaste con ellos?
M.D.: Con Gené estuve cuatro años; con Rubén Schumacher que fue mi maestro de puesta en escena dos años; en El Baldío Teatro, cinco o seis años. Desde los once, doce años hago teatro y nunca paré de formarme, de laburar y de actuar todo el tiempo.

G.A.: ¿Por qué elegiste para dirigir “El tiempo y los Conway”?
M.D.: Es una obra que yo había leído cuando recién me empezaba a introducir en el teatro y por propia iniciativa a querer leer cosas de teatro, no sabiendo todavía de que se trataba, simplemente por inquietud. Sacaba libros de la biblioteca del barrio, los leía, no porque quería ser director, simplemente porque me interesaba leer teatro y la obra la leí en su momento de casualidad y  me atrapó. Me extrañó mucho lo que hacía ese autor con el tiempo, lo que le pasaba a esa familia con el tiempo, era  muy raro en ese momento leerlo y era una obra de teatro y eso se ve que me  quedó en el inconsciente. Hoy, al día de buscar una nueva obra para montar y para encarar un nuevo proyecto apareció y dije ¿por qué no El Tiempo y los Conway? Y bueno, me enganché porque sentí que era lo que quería contar en ese momento. A pesar que era un proyecto para el tiempo de uno muy monumental, porque hablamos de un elenco muy grande, de diez actores, con dos épocas, los años 19 y los años 37. Era un laburo medio imposible en estos tiempos y tuve un poco de temor. Pero como había mucho convencimiento se consiguió, con el trabajo de los actores y de toda la gente.

G.A.: ¿Cómo es tu relación con los actores?
M.D.: Con algunos ya he trabajado en otras puestas; con otros he trabajado como compañero, como actor de otras obras; y con otros los he llamado para ciertas ocasiones ya que necesitaba tal o cual tipo físico y no tenía en mis cercanías, entonces abrí una pequeña convocatoria de donde surgieron tres actores, y así se conformó, no es un grupo estable sino que se organizó para esta ocasión, se ha dado un trabajo con armonía, hoy sigue funcionando todo muy bien.

G.A.: ¿Cuánto tiempo les  llevó?
M.D.: El trabajo de puesta llevó entre nueve y diez meses, empezamos con un ritmo bastante tranquilo, porque confluir trece personas era muy complejo y luego a medida que se iban dando las necesidades fuimos acelerando el proceso y llegamos bien con los tiempos. El proceso fue muy claro, sin ningún tipo de histeria, hubo mucha tranquilidad y mucho goce.

G.A.: ¿Qué recuerdos tenés de tu paso como actor y como director?
M.D.: Como actor tengo los mejores recuerdos y si bien hoy no es lo que más me mueve, no es algo que lo vea como tiempo pasado, puede ser que mañana actúe porque me da mucho placer actuar y estar en grupo con otros actores. Y todo lo que deviene de la actividad.

G.A.: ¿Lo sentís como una descarga?
M.D.: Hoy sí sería como una descarga, sería como un descanso. Pero no un descanso como hobbie, porque es lo que me gusta y el actor está y por eso también puedo dirigir, o creo que puedo dirigir, je, je (se sonríe). Porque hay todo un trabajo hecho como actor que solidifica un poco al director, también, porque entiende lo que le puede pasar a un actor, los tiempos, las dinámicas, cosas que conoce un actor y que conoce un director. Tengo los mejores recuerdos porque fue el primer acercamiento más hermoso que tuvo mi vida con algo. Conocí gente hermosa,  estudié con gente  muy interesante. Tuve una adolescencia con una posición en cuanto a mi profesión muy clara. Ya de muy chico no podía pensarme más que en hacer teatro. Es el tesoro más grande que yo tengo, en cuanto a lo que quiero ser.
El trabajo como director se fue dando solo, empecé a tener necesidades de hacer trabajos donde actuaba y dirigía. Hasta que  desembarqué absolutamente en la dirección y ya no necesité más estar actuando.
La dirección es muy comprometida, un actor puede faltar a un ensayo, pero si el director falta no se puede hacer nada. Si el director no tiene claro hacia donde se va, entran todos en un caos total.

G.A.: ¿En qué ambiente te sentís más cómodo trabajando, en la televisión o en el teatro?
M.D.: En el teatro. He hecho algunos trabajos en la tele como actor pero en estos momentos para mí no es nada, es una posibilidad de trabajo, de mostrarte en otro registro y de tener por ahí un trabajo más rentado. No es algo que me motive la tele, igualmente la respeto mucho y me gusta.

G.A.: ¿Cómo ves la televisión de estos días?
M.D.: En lo que se refiere a la ficción hay un par de programas interesantes que están muy bien encarados actoralmente, son muy entretenidos, con buenos actores, buenos guiones, buena dirección, con algo que se cuenta…

G.A.: Que te puede llegar a dejar algo…
M.D.: Claro, algo que vaya más allá de un simple entretenimiento.

G.A.: ¿Al ser docente en un colegio secundario cómo ves la educación secundaria y terciaria hoy en día en nuestro país?
M.D.: No me atrevería a hacer un análisis  muy certero porque tampoco estoy dentro de la currícula o  del plan de estudios, pero creo que no estamos teniendo el nivel de educación de antes, eso se ve también en como la gente vota y que es lo que mira por televisión,  ahí te das cuenta de cómo la gente piensa y que es lo que consume. Siento que la educación está en declive, hay como poca formación, sí, creo que la formación está en declive más que la información, porque formar es hacer pensar, es tratar que la gente se conecte con los libros. Por suerte, en mi caso trabajo con chicos que tienen bastantes  inquietudes artísticas y son bastante formados, por una cuestión de que es el Buenos Aires, y que tienen una educación un poquito más elevada que en otros colegios. Se que el trabajo que hago con ellos está bueno porque se puede plantear un autor, lo podemos analizar de otra manera y lo hacen con gusto, porque no es una materia obligatoria. Por eso, mi relación con los adolescentes es muy piola, estoy conectado con una linda zona de la adolescencia.

 
*Mariano Dossena: Actor-Director-Docente:
Se ha formado como actor y director con maestros tales como Juan Carlos Gené, Verónica Oddó, Augusto Fernández, Rubén Szchumacher, Luciano Suardi y con diversos profesionales del exterior, tales como Alberto Isola (Perú), Jorge Guerra (Perú), Beatricce Braco (Italia) y Marcelo Díaz (Director residente en Alemania). Como director, se destacan los siguientes trabajos: “El Tiempo y los Conway” de J.B.Priestley en el Centro Cultural de la Cooperación; “La Música” de Marguerite Duras en el Centro Cultural de la Cooperación; “Espacio Escondido” de Paúl Auster (La Tertulia y Teatro Nacional Cervantes); “Ensayo Anterior”, un espectáculo inspirado en textos de F. G. Lorca, Shakespeare y T. Kantor (Teatro IFT); “Bardo, la puerta de la tierra pura”, una propuesta con dramaturgia, actuación y dirección de Silvana Correa y Mariano Dossena (Espacio Callejón, IMPA La Fabrica Ciudad Cultural); “Del estomago bien gracias” , de Silvia Spina (Teatro La Colada). Como actor, ha trabajado en obras tales como: “La valija”, de Julio Mauricio (Sala Carlos Carella); “Mateo”  de Armando Discepolo (Sala Carlos Carella); “Seresleves” de Javier Margulis (Centro Cultural Recoleta); “Metáfora”, espectáculo unipersonal sobre textos de F. G. Lorca (Teatro Liberarte); ”Un guapo del 900” , de S. Eichelbaum, con dirección de Juan Carlos Gené (Teatro San Martín); “Solo Ochenta” de Colin Higgins (El Ombligo de la Luna) y “Nudos” de Roberto Perinelli, con dirección de Salo Pasik y Silvia Vladimivsky, entre otras. En el área audiovisual, trabajó en el film “Temporal” de Carlos Orgambide (Co protagónico) y en televisión, ha participado en los siguientes programas:”Casi Ángeles”(Crismorenagroup), “Padre Coraje” (Pol-ka), “Como vos y yo” (Canal 13) y Chiquititas (Telefe), entre otros. A su vez, también se desempeñó como asistente de dirección de “Ahora Somos todos negros”, con Leonor Manso e Ingrid Pelicori en el Centro Cultural de la Cooperación. En el área pedagógica, desde el año 2004 hasta la actualidad, trabaja como docente teatral en El Colegio Nacional de Buenos Aires (U.B.A.) y en diversas instituciones culturales. 

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