Berni – De La Cárcova

Dos artistas, dos pinturas:
Una temática vigente en el mundo contemporáneo.

 Por ADRIANA GASPAR

 

Dos obras pictóricas de temática similar hoy  permanecen vigentes y proporcionan el tema de este artículo: la desocupación. Esta se hace manifiesta en el anclaje verbal instalado en el título de una  de ellas:” Los Desocupados” de Antonio Berni y es alusiva  e indirecta  en el título de la otra obra: “Sin pan y sin trabajo” de Ernesto de la Cárcova.
Este eje temático común en la mayor parte de la obra de Berni, producto de su postura socio- política, motiva la imagen de trasposición muralística en esta pintura con características escultóricas. Por otra parte, en el cuadro de de la Cárcova hay un tratamiento naturalista subrayado por el gesto desolador de desesperación e impotencia de la mujer.
El realismo naturalista de fines del siglo XIX, por un lado explicitado en muchas obras pictóricas y también en obras literarias como “Sin rumbo” y “En Sangre” de Cambaceres, son válidos antecedentes de las transposiciones posteriores ocurridas ya en la década del treinta en la que comienzan a pesar las proyecciones vanguardistas como en el Berni que presentamos.
 Hombres  de la generación del 80 pertenecientes a una élite socio-política- cultural, con la presidencia de Julio A. Roca creían tener asegurado su lugar en el país. Mientras que, desde el realismo y la crítica social, Lucio V. López en La Gran Aldea, muestra el comportamiento de la clase a la que él pertenece y retrata al político abusivo, arribista y  especulador. Por algo su nombre resuena en la proclama de la revolución del ´90 y junto a él, Leandro N Alem, fundador de la Unión Cívica Radical.
En el marco de una clase dominante, de una burguesía en ascenso que disfrutaba del ocio, de sus viajes y de las grandes construcciones que se hicieron en su hábitat, surge un grupo de artistas conformados por: pintores, escultores, escritores, que formularon sus ideas en manifiestos y diversas publicaciones  acerca del rol de las artes en una nación moderna, ordenada y “lanzada al progreso” con el fin de educar el gusto del público, incentivar el pensamiento creativo y dar un giro al exceso del mercantilismo que abrumaba a Buenos Aires.
Eduardo Schiaffino, Eduardo Sívori, Ernesto de la Cárcova, Reinaldo Giúdici, Ángel Della Valle, son quienes agitan y proclaman los cambios en un escéptico Buenos Aires, tanto en sus actividades como educadores del gusto, como en sus producciones artísticas de calidad.

Sin pan y sin trabajo
Ante los ojos del observador aparecen en escena dos personajes (mujer y hombre) y un tercero: un niño en los brazos de la mujer.
Como en todo proceso histórico que como tal, significa continuidad (y no corte abrupto) esta obra pictórica responde a las manifestaciones naturalistas que tanto en la Francia finisecular-París-como en la Argentina-Buenos Aires-aunque surge especialmente en lo literario reitera la mayor parte de sus rasgos estéticos en la década del ´90, en las Artes Plásticas.
El impacto naturalista es fuerte y agresivo en esta obra de Ernesto de la Cárcova.
Los escorzos de las figuras refuerzan la expresión desolada e impotente de los rostros de las parejas de obreros – protagonistas del cuadro quienes viven en un estado de absoluta indigencia, supuestamente producida por la crisis que azota al país en ese momento. Los valores tonales bajos intensifican esa situación de soledad y apremio. Las tonalidades bajas acentúan dramatismo de la escena, mientras que haces de luz iluminan el centro del cuadro, subrayando lo patético del relato. Incita al interlocutor a actuar, aceptando o no lo que la obra quiere trasmitir, acercándose o alejándose de ella.
En este cuadro el hombre mira a través de la ventana de su rancho como la policía montada reprime una manifestación obrera. Dentro del rancho, su mujer lo observa mientras amamanta a su hijo.
Paredes manchadas de humedad, una mesa rústica, un arcón, que sirve  a su vez de asiento a la mujer, una cesta de mimbre, un estante con una vajilla mínima constituyen todo el mobiliario.
La enfermedad y el hambre marcan el cuerpo delgado de la mujer, sus pechos flácidos semidesnudos apenas alcanzan a alimentar al niño en sus brazos.
Dentro de los contornos del cuadro, está pictóricamente expuesto un adentro y un afuera ficcionales, explicitados por un juego de miradas y por un contraste que podemos denominar –invirtiendo el vocablo consabido estereotipado- oscuro-claro: lo oscuro en primer plano y lo claro en segundo plano. Pero, además, hay un plano –mirada real: el del espectador “que mira a los que están mirando y lo que están mirando”. Aquí podemos hablar del “ojo semiológico”, es decir, “ver” los signos e identificarlos y, en segundo término, interpretarlos.
La ventana nos marca un adentro y un afuera, lo público y lo privado; composición basada en un interesante juego de miradas. Existe una disposición semiótica de este juego: la mujer mira al hombre (¿lo demanda?); el hombre mira a los obreros en el exterior (¿impotencia?); el niño permanece con sus ojos cerrados; el espectador, mientras tanto, mira desde el afuera del cuadro.
Otro de los nudos esta centrado en las herramientas inútiles en franca y amarga contraposición –irónica- con el tema y en el puño cerrado del obrero, signo de “rabia” e impotencia.
En cuanto a la texturidad, la superficie de la mesa que recibe directamente la luz, connota precariamente, desgaste. En cambio, en los pechos de la mujer hay un visible desdibujamiento de la texturidad. 

Desocupados
Un Berni realista, con gran carga emotiva. La desocupación, las huelgas, las luchas obreras, las ollas populares eran la realidad social imperante.
El artista, siempre participó en las vanguardias de su época, pero también supo dejarlas cuando ellas revelaron sus limitaciones. Siempre comprometido con lo que él consideraba la verdad.
Desocupados” da respuesta a Sequeiros, ya que en  Argentina el Estado no dio lugar a los reclamos para la realización de murales. Berni propuso la realización de pinturas con temas sociales de gran tamaño.
Es una composición orgánica, de apariencia figurativa, con un alto grado  de inconicidad aunque los personajes se asemejan más a marionetas escultóricas que a humanos. Todos con rasgos similares, casi con una misma identidad.
El adentro y el afuera se hacen presente en esta obra en la que el espectador observa la escena en su totalidad, con claro panorama de lo que está ocurriendo en el lugar.
La composición posee una compleja construcción fundada en las transgresiones de la perspectiva y de la figuración. Podemos señalar varios planos ubicados sobre oblicuas y enfrentadas a maneras de zigzag que llegan hasta el fondo de la composición, superponiéndose con sensación de profundidad.
Los personajes estáticos reposan en su espacio denso, compacto.
El cielo, el agua, las rocas y el barco que navega sobre la línea del horizonte quieren aparecer como subrayando la realidad de las cosas pero, al mismo tiempo, coinciden con cierto sentido fantástico próximo al surrealismo.
Hay un primer “primer plano” enunciado a la izquierda del cuadro por el personaje que abarca la totalidad de su altura en forma completa. Contrasta con los segundos planos –personajes superpuestos- : vestimenta, pliegues, color, evidencian una tendencia realista en oposición a los personajes que están en los terceros planos  menos expuestos.
“Desocupación” como tema se explicita en el distinto tratamiento del “juego de la mirada” en cada una de las obras. En “Sin pan y sin trabajo” la mirada es direccional por parte de cada uno de los personajes, como ya se ha dicho de otra manera y está en relación con el adentro y con el afuera mencionados, es decir con la desesperanza de la familia en consonancia con la represión policial a los huelguistas. Todo forma parte del estado social. Aquí el juego de la mirada es aparentemente solidario.
En los “Desocupados” “nadie mira a nadie”: ojos cerrados (¿durmiendo?) miradas perdidas, rostros cabizbajos y ensimismados. Varios cuerpos encimados pero incomunicados por el sueño o por la no mirada, en franco contraste con el cuadro de Ernesto de la Cárcova. Incluso, también, la contraposición está dada por los muchos personajes en escena en relación con los tres que en primer plano se muestran en “Sin pan y sin trabajo”.

 

Bibliografía:

Benveniste Emile, “semiología de la lengua” en  problema de lingüística genera II
Siglo XXI Mexico 1985
Phillippe Hamon, Introducción al análisis de lo descriptivo Buenos Aires Edicial 1991
Filinich Maria Isabel, Descripción Buenos Aires Eudeba 2000

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