Muestras – Intersecciones: Relatos de cuerpos fragmentadxs (Noviembre 2021)

 

Por  LIC. ADRIANA GASPAR

 

El aislamiento, en su comienzo, primero nos provocó desconcierto, desazón, pero fue quizás allí, donde empezamos a indagar nuevos mecanismos para intercambiar proyectos, talleres y todas esas experiencias que seguramente no se hubieran instalado en nuestras mentes, si la pandemia no hubiera formado parte de nuestra cotidianeidad.

La presencialidad en los espacios de arte quedó detenida por un breve tiempo.

Ese tiempo se fue acortando y poco a poco, fueron quedando atrás, esas prácticas que habían cobrado fuerza en nuestras propias casas, -ese accionar de puertas adentro, detrás de una pantalla, el que nos permitió buscar múltiples estrategias para que no se desvanecieran esos lazos que pudimos construir a lo largo de nuestras vidas-, aquella aventura impensada ya comenzaba a visibilizarse como parte de un pasado inmediato.

Lentamente y muy de a poco ese período se fue abreviando, quizás fue una sensación, que conformó parte de una realidad muy esperada, porque de pronto, quedamos sumergidos en dos mundos paralelos. Mundos donde se fusionó ese cruce entre lo virtual y lo presencial.

Hoy volvimos a habitar nuestros lugares, a apropiarnos de las inauguraciones, los encuentros, a accionar en espacios públicos y privados. El cuerpo volvió a ser protagonista de nuestras acciones en esos territorios que siempre habitamos.

La corporalidad cobró protagonismo en dos soportes diferentes, uno tuvo que ver con los dispositivos tecnológicos y el otro, nuestro cuerpo como soporte de obra, el cual estuvo ausente por un breve e inmenso período, hasta volver a pisar fuerte en esa tierra, en esos espacios que siempre nos legitimaron. Ambos conforman narrativas inesperadas y diferentes a la vez, pero ninguna puede reemplazar a la otra, porque las dos confluyen en prácticas paralelas, pero diferentes, por eso son autónomas.

Por eso, decidimos volver a encontrarnos en este evento multidisciplinario Latinoamericano, organizado por el Proyecto Cultural “Generación Abierta”, con la curaduría de su Sub Directora Adriana Gaspar en Argentina y Ruth Vigueras Bravo desde México, en video performance. Narrativas con diferentes soportes habitaron las salas de EspacioY Lugar Cultural: pinturas, ensambles, fotografía, fotografía digital, arte textil, poesía visual, video perfomance y performance, conformaron esta muestra, en esas bellas salas de la galería. Por otro lado, su Directora la Lic. Cristina García Oliver, nos recibió con la calidez que nos tiene acostumbrada.

La literatura también estuvo presente, desde la mesa poética, la que estuvo a cargo del poeta Luis Raúl Calvo, director de dicho proyecto.

Luego de tanto tiempo de distanciamiento social, el público concurrió con ganas de reencontrarse, lo festivo estuvo instalado ese día allí, artistas y público convergieron poéticamente después de 20 meses de desencuentros. Todo fluyó en una atmósfera entusiasta, con el cumplimiento de todos los protocolos sanitarios vigentes a la fecha. Más allá del evento artístico, hubo un punto que nos unió: volvernos a mirar a los ojos, dejando atrás esa virtualidad dual, la que por un lado, nos posibilitó la comunicación, pero por otro, fue tiñendo de opacidad ese vínculo afectivo que nos abrazaba en cada encuentro. Hoy volvimos a la presencialidad absoluta, ya nuestros cuerpos volvieron a permanecer frente a frente, a rozarse, aunque solo sea con nuetros puños. Este hecho nos marca un antes y un después de un mundo que desconocíamos, pero al que seguramente no queremos volver.

 

Texto Curatorial

Desde marzo de 2020, nuestros cuerpos en Latinoamérica comenzaron paulatinamente a ser atravesados por un tejido sinuoso, el que nos cargó de incertidumbres, de sospechas, de pérdidas. Una sombra que no conocíamos, empezó a seguir nuestros pasos, dejando selladas sus huellas en ese ir y venir de cada día. Recuerdo que el año pasado, una frase se apoderó de mí: “Hacer visible lo invisible”, de Paul Klee. Quizás, ella, ocultaba una inhóspita travesía que ya estaba sobrevolando nuestro continente. Allí, en ese recorrido, una Caja Negra develaba los secretos de esos cuerpos suspendidos, paralizados, pandémicos, esos que en breve conformarían una realidad inesperada, la que cambiaría nuestras vidas.

 

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