Letras

La Llave de la Caverna

HUMMINGBIRDS
Por Emily Dickinson in Inmortality.

Todos tus colibrís de Amherst,
aquellos de tus alargadas tardes de primavera
cuando en la cocina tu repostería
era un olor y sabor de metáfora,
…………………esos colibrís, Emily,
no se fueron contigo, o si se fueron
…………………-ya no lo sé-
quizá durmieron el sueño de los siglos
…………………y hoy, sin primavera,
vuelven a mi árbol solitario en este espacio
…………………y baten su movimiento de ala imparable
en este otoñal aire de mi senda.

Tu poema,
tu colibrí de luz y sombra,
…………………tu refulgente pluma en el río del tiempo,
me asalta esta mañana de octubre

y viene -luz y movimiento imparables-
a escanciar el dudoso dulzor de mi néctar.
Yo no sé qué palabra mía ofrecerle,
…………………qué sesgo de mi son cantarle,
qué amplio silencio de horas
bordar en su aire de eterno movimiento.
Pero tus colibrís persisten,
…………………las doradas túnicas de tus jacintos,
tus blanquinegras abejas,
…………………toda esa procesión eterna de tu verso,
llegan, hoy, Emily, hasta el recinto cerrado
de mi gesto
…………………y quisiera cantar desde mi lava,
desde mi fragor porfiante de mar,
…………………desde la cumbre, el tajinaste y el brezo,
quisiera yo también decirlo sin tiempo.
…………………sin espacio concreto;
…………………casi quisiera decirlo sin nombre
y que los siglos lo llevaran en su regazo inmutable;
que no precisara mi voz más palabra,
ni mi mar más lava.
Que mis retamas -como tus jacintos-
…………………fueran sólo la luz,
o el ala imbatible de un colibrí
en perpetuo movimiento.

ANA MARIA FAGUNDO : Nació en Sta. Cruz de Tenerife el 13-3-1938. Licenciada en Literatura Inglesa y Española por la Universidad de Redlands. Universidad de Illinois y la de Washington. Doctora en Literatura Comparada, y desde 1967 enseña literatura española del siglo XX en la Universidad de California. Ha publicado más de ocho libros de poemas y numerosos estudios críticos. En 1973 publicó Vida y obra de E.Dickinson, y en 1988 Antología bilingüe de poesía norteamericana. Es directora de la revista de poesía, narración y ensayo “ALALUZ”.

 

EPISTOLA

Los judíos piden señales, los griegos sabiduría,
pero yo digo: Enloqueced.
¿Dónde está el sabio, dónde está el escriba?
Ha sido escamoteada la luz del mundo.
¿Sois ciegos?
Alegraos de vuestra ceguera.
¿Sois sordos?
Alegraos de vuestra sordera.
El ciego ha sido escogido para verlo todo,
el sordo para oír la inaudible.
Sí, enloqueced.
Porque todos los ojos han sido velados
y sólo vemos lo que no vemos,
todos los oídos han sido sellados
y sólo oímos lo que no oímos.
¿Queréis prodigios?
Enloqueced.
¿Queréis conocimiento?
Enloqueced.
Porque se trata de asir lo Inasible
y las manos se quiebran,
se trata de tocar la Verdad
y arde la razón.
Enloqueced.

HORACIO CASTILLO : Nació en Ensenada, provincia de Buenos Aires, Argentina. Ha publicado hasta el presente cuatro libros de poesía. Es autor de un estudio sobre Alberto Girri y ha traducido a poetas griegos antiguos y modernos.

 

EL GATO COMO EXPRESIÓN DE LA PEREZA

La benévola serenidad de la pereza
es una demostración indecisa de la muerte,
una piedra que se alza como negra torre
sobre un horizonte implacable.
Es la guarida del fracaso
que se inclina hacia el dolor
activando la vida y la energía del músculo,
pero la contradicción nos domina
y se aleja en la idea del descanso
o en el temerario sentido de las tumbas.
Hay un ordenado pensamiento que recae
en el silencio y aparece como un gato
que corre por la columna vertebral
y ataca despiadado. Es un tímido delirio
que acompaña la vigilia,
acelerando la conciencia del ocio,
la melancolía que ronda por las calles.
Es un descanso para el sueño conciliado
de manera artera profundizando la
pregunta final. El gato duerme su sueño
de arrepentido mensajero, inestable mortaja
que se desliza al costado de su filosa uña.

HORACIO PRELER: Nació en 1929 en La Plata, Argentina ciudad donde reside. Ha publicado hasta el momento seis libros de poesía, integrando a su vez diversas antologías.

 

TIEMBLAN MIS MAÑANAS

Tiemblan mis mañanas
en la lenta confusión de agrios
soplos de locura.Se aleja un efímero árbol

con su peso de sal.Cualquier anochecer bate sus alas
en las ruinas pobladas de murciélagos.

La desnuda sonrisa de los duendes
esparce un rictus de silencio.

GRACIELA FRITZLER: Nació en Buenos Aires. Es de inminente aparición su libro Mirada de lluvia.

Deja una respuesta