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Antígona

Por ADRIANA GASPAR

 

Antígona, cuatro perfiles. ¿Diferentes?, mujeres que nos hablan del amor,  de su existencia,  parecieran estar lejos  de la antigua tragedia.
Cuatro Antígonas : La hija de la Luna, del Aire, del Agua y del Dolor, las que recorren el mundo femenino a través de situaciones que deben enfrentar en su paso por la vida. Enigmas, misterios, secretos, ocultaciones se develan  a partir de cada una de sus historias. Las que permiten al espectador ser partícipe desde un lugar romántico pero analítico.
Son cuatro las acciones que conforman esta pieza teatral. Dos mujeres que establecen un diálogo entre sí, sobreviviendo a situaciones que van desde lo existencial hasta los hechos más cotidianos.
Algunas de las escenas muestran sus propias frustraciones, sus desaciertos, todo acerca del universo que envuelve la femineidad, develando hechos que se ocultaron por años.
Las actuaciones de Claudia Tomas e Ingrid Pelicori  acompañan el texto dándole vida y dotándolo de atracción y sentimiento.
La dirección está a cargo de Leonor Manso y este trabajo  no hace más que confirmar su experiencia en el escenario. La escenografía también pertenece a ella, austera, cálida, casi atemporal,  cumple con lo que cada cuadro requiere.  Junto con la luz  vigorizan  la puesta en escena.
El texto de Alberto Muñoz reúne los componentes  necesarios para ofrecer al espectador un trabajo narrativo, profundo con una temática íntima y de género que llega al público desde lo más recóndito. Conectándolo así con cada uno de estos personajes.  Una mirada diferente a la Antigona que todos recordamos: moderna, emotiva, la que nos lleva a la  reflexión y al  análisis, mérito que a veces no es común encontrarlo en el teatro actual. 
Un texto  en el que  símbolos y  metáforas  fluyen e interactúan  en todo momento.

Ficha técnico-artística:

Género: Drama 
Actor:
Ingrid Pelicori y Claudia Tomas
Dirección: Leonor Manso
Dramaturgia: Alberto Muñoz
Iluminación: Pedro Zambrelli
Lugar: Centro Cultural de la Cooperación

“ANTÍGONA”  A TRAVÉS DE SUS PROTAGONISTAS

¿Cómo se proyecta el alma de cada una de estas mujeres en el personaje de Antígonas? Su relación con la actualidad de la mujer en estos días.
La Antígona mítica es una mujer que cree visceralmente en algo, en la “Ley no escrita de los Dioses”  que para ella es superior a cualquier otra instancia. En pos de ese ideal entrega su vida. Sin dudar. Ella y su decisión son una misma cosa.
En nuestros días es más fácil aplicar cierta dosis de duda frente a lo que nos acontece pero hay un momento, una circunstancia que nos pone en ese sitio en el que somos lo que decidimos. Tenemos los ejemplos emblemáticos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo pero también hay miles de historias anónimas, especialmente en el mundo femenino, donde entramos en contacto con el misterio de la vida y de la muerte, y eso nos hace hacer algo que no proviene de la esfera del pensamiento sino más bien del SER en sí mismo. En algún momento todos sentimos que vinimos a este mundo para “otra cosa”; y a veces la vida nos da la oportunidad de averiguarlo. 

¿Con cuál de los personajes representados te sentís más identificada? ¿Por qué?
Tal vez, por ser médica pediatra la situación más vivida por mí haya sido la relación con el dolor de los otros (que es el personaje de la kinesióloga), y puedo dar fe de que cuando se pone en juego el alma pasan cosas inexplicables, esas que llamamos milagros porque el reino de la palabra es insuficiente. Hablo específicamente del dolor, de calmar ese dolor del cuerpo que invade y confunde el alma del paciente y que requiere de nosotros esa misma materia (llamémosla alma), esa misma calidad, ese lenguaje misterioso que nos acerca de otra forma para ayudarlos a vencer el dolor.

Entrar y salir de un personaje y meterse en otro requiere  de un trabajo de concentración sumamente importante. ¿Lo vivís así en Antígona?
El entrenamiento previo nos facilita esa tarea. Lo más importante es sostener la concentración, digamos, emotiva. Esta es una obra profundamente sensible que de no lograr ese “estado” pierde gran parte de su contenido. Ese es el desafío y también la satisfacción.

Claudia Tomas

 

¿Cómo se proyecta el alma de cada una de estas mujeres en el personaje de Antígonas? Su relación con la actualidad de la mujer en estos días.
 En realidad estas mujeres son “Antígona” en el sentido de lo femenino arquetípico, eso que hace a lo profundo
femenino que excede lo histórico, y por eso es también algo actual: es esa relación con la diosa, con lo intuitivo, con lo misterioso, con lo espiritual.
Estamos contando mujeres actuales, cotidianas, que en algún momento son atravesadas por una dimensión misteriosa o mítica. No son Antígona de un modo literal o ilustrativo, sino en la medida en que participan de esa ley anterior al estado, más cerca de lo natural, y más allá de lo racional. En Sófocles, Antígona le dice a Creonte que ella obedece a una ley más antigua, y que a ella la guía el amor y no el odio. En nuestra obra contamos que en las mujeres actuales y en las situaciones más cotidianas sigue resonando aquel arquetipo. La obra es poética y delicada, no pretende aplicar de modo ilustrativo las características de Antígona en estas mujeres ni viceversa. Simplemente nos lleva a celebrar esa condición misteriosa de la experiencia humana.
Por supuesto en la historia de las dos hermanas que van a enterrar al hermano desaparecido, se da la mayor relación explícita con “Antígona”, en las otras historias los modos de inspiración en aquel personaje son más tangenciales y hasta caprichosos, pero siempre está lo amoroso, la compasión, la piedad, la intuición, y la profunda sensibilidad en juego. Y también, por qué no, el humor.

¿Con cuál de los personajes representados te sentís más identificada? ¿Por qué?
Me siento jugando a fondo cada una de las situaciones y los personajes; no hay un personaje con el que me sienta más identificada. No son personajes realistas, o sea que no puedo decir si están cerca o lejos de mí. Creo que son poéticos y por lo tanto de gran resonancia. Entonces me sumerjo en cada uno con la misma intensidad y placer.

Entrar y salir de un personaje y meterse en otro requiere  de un trabajo de concentración sumamente importante. ¿Lo vivís así en Antígona?
Sí, por supuesto que requiere de una fuerte concentración, pero también es muy lúdico. Este es un trabajo que contó con una dirección (de Leonor Manso) sumamente detallista y rigurosa. De modo que nosotras estamos extremadamente protegidas, y solo nos queda salir a disfrutar. Es muy estimulante y divertido  entrar y salir de un personaje al otro. Pero además, como es una misma obra, una misma estética, hay algo que unifica a todo el trabajo, aun en sus diferencias, en un mismo registro de sensibilidad.

Ingrid Pelicori

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