La Llave de la Caverna – Rafael Alberto Vásquez

(Poemas seleccionados por el propio autor para “Generación Abierta”)

RAFAEL  ALBERTO  VÁSQUES nació en Buenos Aires en 1930. Publicó ocho libros de poemas: La verdad al viento (1962), Apuesta diaria (1964), La vida y los fantasmas (1968), La piel y la alegría (1973), Hay sol en Buenos Aires (1975), Cercos de la memoria (1992), Ese sitio sin paz de la memoria (2007) y Explicaciones y retratos (2011). Además, un cuadernillo editado por la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ciclo de Poetas del 60 (2003). En prosa, Informe sobre Santoro (2003), aproximación bio-bibliográfica sobre el poeta desaparecido Roberto Jorge Santoro, con un apéndice documental y una selección de su poesía. Vive en Buenos Aires.

 

GENEALOGÍA

Mi padre no me hablaba de su padre o su abuelo
y yo no fui el curioso rastreador del silencio.
No supe indagar sombras ni fantasmas
porque bastaba el rito de ignorarnos.
Y estaba el sol.
Era difícil conversar conmigo.
Tal vez por eso las palabras
se fueron despertando en mi escritura.
La muerte lo llevó de madrugada,
sin despedida y sin explicaciones,
no me sirvió siquiera de experiencia.
Volver hacia otro tiempo ya no cabe:
del pasado se vuelve sin testigos.

CUANDO TE VAS

Cuando te vas
las sábanas no saben disimular tu ausencia.
Sólo la almohada guarda huellas de tu cabeza,
un hueco inverosímil, alguna arruga, el rastro
de un perfume.
No hay soledad ni angustia cuando te vas
apenas
la tristeza del aire sin tu voz,
la caricia
que se quedó en mis manos buscando tu cintura
o ese remordimiento
de que el amor se pierde.
Todo el resto es alegre,
tan simplemente bueno.

inédito

VIEJAS FOTOGRAFÍAS

Uno no sabe nunca, mientras toma las fotos,
qué sentido tendrán cuando los años
nos cambien el paisaje, la ciudad, los lugares
o también las personas
que encerradas en ese cuadradito de papel que perdura
hayan envejecido o ya no estén.
Hay un recuerdo
con aire a eternidad que no se cumple
y si olvidamos anotar la fecha
sólo a veces los cambios en la edad se adivinan.
La memoria resbala por esos desencuentros
y nos perdona apenas.
Nadie llora despierto sobre las viejas fotos.

ADVERTENCIA

Antes que nada, una advertencia:
Fuera de lo aprendido y olvidado
no hay nada en mi bagaje de estudios incompletos
que afiance mis saberes.
Fui detrás de una búsqueda
por lecturas sin orden y sin tino,
por el placer de descubrir un verso,
por conmoverme sin intermediarios.
Libro a libro y estrofa por estrofa
armé mi itinerario y mi ganancia
con nombres resguardados muy adentro.
Cada vez que encontraba maravillas
me encontraba también.
Cuántas celebraciones hubo, desde la adolescencia,
para armar mi camino de poesía.
No es mi orgullo, es apenas mi penuria
de no saber vivir sin el poema.

PROLIJIDAD

A veces pienso
en la injusticia de la muerte.
No en la mía, que todavía ignoro.
En la de aquéllos que se fueron
demasiado pronto,
cuando tenían
todavía
una palabra para dar,
sus quehaceres a medias
y las explicaciones que siempre se postergan.
Una ocasión también, aunque no siempre, de jugarse
por una hora de felicidad.
Es cierto, no podemos
demandarle a la muerte prolijidad alguna.
Parte de su misterio es no saber
cuándo o cómo
ella vendrá a interrumpir nuestras certezas
con su punto final.

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